El servicio militar obligatorio en Honduras, abolido en 1994, todavía trae recuerdos dolorosos de terribles violaciones de los derechos humanos, como el reclutamiento forzado, las desapariciones forzadas y la tortura y muerte de aquellos que se negaron a enlistarse o estaban haciendo campaña contra éste. La Internacional de Resistentes a la Guerra cree firmemente que las iniciativas para restablecer un servicio militar obligatorio no son un paso en la dirección correcta, si el resultado deseado es disminuir la tasa de criminalidad y evitar que las organizaciones criminales recluten a los jóvenes de Honduras, que son los dos argumentos más utilizados para reintroducir el servicio militar obligatorio.