Cuando pensamos en cambio social, a menudo pensamos en protestas, campaña y acción directa. Todas son maneras claves de decir “¡no!” a prácticas e instituciones destructivas.
Sin embargo, es igualmente importante que construyamos alternativas concretas donde digamos “¡sí!” a la visión del mundo que queremos. Los “programas constructivos”, elaborados dentro del mismo análisis de potencia como nuestra acción directa no violenta, pueden ser poderosos actos de resistencia. Los programas constructivos demuestran las alternativas radicales – al militarismo y a las causas de cambio climático, por ejemplo– que nuestro mundo necesita con urgencia, y las pone en práctica aquí y ahora.