Colombia, es conocida internacionalmente, por sus acuerdos de paz firmados en el año 2016 entre el gobierno nacional y en ese entonces la guerrilla de las FARC. Y aunque unos acuerdos de paz no garantizan el fin de todos los conflictos y, menos los armados en un país que ha vivido la violencia durante más de 50 años, se esperaría que los recursos económicos del país fueran dirigidos en pro de los acuerdos, la aplicación de estos, así como también fueran invertidos en otros rubros: desarrollo rural, educación o salud, por dar unos ejemplos. Sin embargo, la historia ha sido otra.