Poniendo fin a la Conferencia sobre armas

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Nueva Zelanda es un lugar que a menudo se asocia con su postura de estar libre de armas nucleares y se sitúa en los puestos más altos del índice de paz global. A pesar de un estilo de vida relativamente bucólico, Wellington, la capital de Nueva Zelanda, es sede anualmente de una conferencia sobre armas en el mes de noviembre en la que unos 550 delegados en representación de 165 empresas convergen para una conferencia anual sobre armas.

Peace Action Wellington: Bloqueo de activistas a la entrada de la conferencia sobre armas
Peace Action Wellington: Bloqueo de activistas a la entrada de la conferencia sobre armas

La conferencia, organizada por la Asociación de la Industria de Defensa de Nueva Zelanda, y patrocinada por Lockheed Martin, ha sido el foco de una campaña intermitente durante 15 años. La resistencia contra la conferencia ha sido organizada sobre todo por el grupo de base de la comunidad, Peace Action Wellington (PAW), y por ello no siempre ha tenido la capacidad de llevar a cabo la campaña todos los años. Éste es uno de los factores más importantes que limitan el éxito de la campaña.

Este año, PAW ha invertido mucho tiempo y esfuerzo en la campaña. Se siguieron ciertas estrategias y se consiguieron algunos logros. Este artículo trata precisamente sobre esos logros. Huelga decir que aún queda trabajo por hacer antes de que se ponga fin a la conferencia por completo.

PAW empezó a organizarse para la conferencia a finales de junio con un mensaje claro: “poner fin a la conferencia sobre armas” y “echarle el cierre”. Desde el inicio, el grupo estaba decidido a utilizar la acción directa durante la conferencia, mientras se utilizaban otras vías políticas en el periodo previo a la misma.

La campaña comenzó de una manera bastante discreta centrando todos los esfuerzos en la alcaldesa de Wellington, quien también es la líder ejecutiva de la organización internacional “Alcaldes por la Paz”. La conferencia sobre armas se ha celebrado en los últimos dos años en lugares municipales y por ello la alcaldesa era una persona obvia a la que subir a bordo. Organizaba unos cuantos eventos sobre la paz dando así a PAW la oportunidad y el contexto idóneos para desafiarla a apoyar nuestra campaña.

Su respuesta fue, cunando menos, decepcionante. Equiparó la conferencia a una conferencia sobre yoga o una expo sobre vida sostenible, y en un momento llegó a decir que no veía la relación entre la conferencia y la proliferación de armas nucleares (cuando el objetivo principal de Alcaldes por la Paz es el de abolir este tipo de armas). Escribimos a los otros supuestos alcaldes por la paz pidiéndoles que animasen a nuestra alcaldesa a que tomase una posición de principios sin recibir el más mínimo apoyo por parte de ninguno de ellos.

Como consecuencia, PAW salió a las calles con una petición de la comunidad y puestos en la calle con carteles, panfletos y más tarde camisetas, bolsas y pins. Decidimos de manera deliberada no hacer una petición en línea porque queríamos implicarnos con la gente de la calle, no sólo con aquellos que ya se han “convertido”, y hacer que la gente viese el vínculo de su ciudad como sede del evento.

Al mismo tiempo, miembros de PAW decidieron reunirse individualmente con los miembros del ayuntamiento para presionarles a apoyar nuestra petición. La mayoría nos dieron su apoyo.

Esa parte de la organización continuó mientras que PAW se centró en la conferencia y sus asistentes. Durante el siguiente par de meses, miembros del grupo presentaron numerosas solicitudes al amparo de la ley de información oficial y realizaron amplias investigaciones sobre el apoyo del gobierno de Nueva Zelanda a la industria armamentística. Los resultados de la investigación fueron publicados como un informe titulado Especulando con la Guerra y que dio a los miembros del grupo un profundo conocimiento sobre la industria así como posibles vías para futuras investigaciones.

El contenido del informe se utilizó para crear infografías para la campaña que sirvieron de herramientas muy poderosas para ayudar a la gente a ver el coste del militarismo en términos de sanidad, educación y vivienda. PAW también creó algunas infografías para mostrar cómo Nueva Zelanda apoya la ocupación en Palestina.

Parte de la campaña de PAW consistía en utilizar las redes sociales, y por ello las infografías fueron distribuidas a través de Facebook y Twitter. En las dos semanas previas a la conferencia, PAW gastó unos 100 dólares neozelandeses en Facebook para promocionar las publicaciones con fotografías de anteriores bloqueos animando a la gente a participar en la acción. Esto consiguió más visitas, “me gusta” y compartidos que cualquier otra publicación, sin embargo, no se convirtió en un aumento del número de personas en el bloqueo el día de la conferencia. A pesar de todo, el haber llegado a tanta gente sí que aumentó el apoyo público de la campaña.

PAW también quería conseguir el apoyo de otras organizaciones de la comunidad al comienzo de la campaña. Éstas incluían otros grupos por la paz, iglesias, sindicatos y campañas. Aunque el objetivo de conseguir que estos grupos apoyasen una declaración de oposición no tuvo el éxito deseado, sí que se consiguió alertar a dichos grupos del evento.

Mientras tanto, el grupo continuó trabajando para crear unos pósteres y una gran pancarta con un “logo” único (tomado prestado de la Convergencia de Paz Australiana, con la imagen de un soldado de juguete partiendo su arma con la pierna). El diseño era sencillo y mostraba la imagen claramente. Los pósteres se distribuyeron regularmente por la ciudad así como panfletos más pequeños con información más detallada. La pancarta se colgó en un lugar muy destacado junto a la rampa de entrada a la autopista local.

El grupo aumentó la solidaridad y confianza internas a través de veladas de “creación de recursos” durante las cuales los miembros creaban juntos pósteres y letreros, pintaban pancartas y creaban accesorios.

Un mes antes del comienzo de la conferencia, PAW entregó 1000 firmas al ayuntamiento de Wellington. El fin de esta petición era utilizarla, sobre todo, como herramienta de organización, pero también tenía el valor de llevar el tema a un punto crítico ante el ayuntamiento como anfitrión de la conferencia. Un concejal de derechas acabó con todo el debate de la petición y esto fue denunciado como una transgresión grave de un proceso democrático normal. Los concejales simpatizantes se horrorizaron ante esto y aconsejaron sobre otras vías políticas para continuar con el objetivo de conseguir que el ayuntamiento adopte una postura ética sobre el uso de sus sedes.

El fin de semana anterior al bloqueo, PAW celebró una sesión de entrenamiento en acción directa noviolenta para el público. Fue una sesión de sábado estupenda de cuatro horas de duración (incluyendo un almuerzo delicioso) adaptada de un entrenamiento de Acción Palestina de Londres (London Palestine Action). Esto ayudó a mucha gente a sentirse más preparada para la acción y a obtener respuestas sobre las posibilidades legales.

El grupo también creó muchos accesorios y actividades para el bloqueo como por ejemplo grandes pósteres de señal de peligro con cinta adhesiva de “escena del crimen” para pegar por todo el lugar de la conferencia; lazos blancos con el nombre de las víctimas de drones para atar a las verjas; y un carrito de la compra con armas de juguete con el que pasear en alguna obra de teatro callejera. El día de la conferencia se mostró también un modelo de un dron depredador, con un cuarto del tamaño original, utilizado en una acción anterior para proporcionar una imagen visual adicional.

La noche anterior a la acción, PAW celebró una sesión informativa pública para familiarizar a la gente con lo que podía pasar el día de la acción y para decirles lo que debían traer. A cada persona se le entregó un mapa y un programa de la conferencia, así como información legal y se dedicó un rato para que la gente pudiese hablar sobre cualquier tipo de equipo específico necesario para el bloqueo.

La mañana del primer día de la conferencia, la gente se reunió en un parque a sólo una manzana de la conferencia. Se les volvió a informar brevemente; se les dio mapas, programas, tarjetas con información en el caso de detenciones, hojas con cánticos y fragmentos extraídos de los medios. El grupo fue dividido en tres y cada grupo se encargó de una entrada diferente del lugar de la conferencia (aunque había bastantes más entradas).

Los participantes fueron unos 150. El bloqueo en la parte delantera del edificio se desplegó ante un gran número de agentes de policía que habían levantado una barrera de aproximadamente un metro de algo alrededor del edificio con una gran abertura en uno de los lados. En ese lado la entrada fue bloqueada continuamente, mientras que en el otro lado se realizaban bloqueos improvisados y tenían lugar escaramuzas con la policía cada vez que un delegado intentaba acceder al interior.

Los activistas impidieron que los delegados de la conferencia accediesen al interior.
Los activistas impidieron que los delegados de la conferencia accediesen al interior.

Food Not Bombs (Comida, no bombas) montó una mesa estupenda llena de comida y bebidas para ayudar a la gente a continuar con la acción. Ahí también se encontraba el puesto de primeros auxilios y un sistema de altavoces desde donde la gente podía hablar a la multitud y acosar a los delegados que iban llegando. Un concejal habló durante el bloqueo para reconocer la acción y dar legitimidad a nuestras preocupaciones.

El bloqueo de la entrada de carga se mantuvo durante unas horas y posteriormente un grupo más reducido entró en el aparcamiento subterráneo donde se encerraron en el acceso a un ascensor/escaleras.

Durante el bloqueo, la respuesta policial fue dura con un total de 26 detenidos con una serie de cargos que incluían allanamiento, obstrucción y agresión a la policía.

Una vez dio comienzo la conferencia, y cuando ya se habían producido la mayoría de las detenciones, el resto de la multitud pasó a realizar un bloqueo de ruido: las sesiones plenarias se vieron afectadas fácilmente a través de dos salidas de emergencia.

El segundo día de conferencia sólo hubo una manifestación de ruido durante la cena de entrega de premios de la conferencia. Lamentablemente, el reducido número de participación y el gran número de detenciones hizo insostenible el actuar plenamente los dos días de conferencia.

Hubo una gran cobertura mediática del evento y el Ministro de Defensa se vio obligado a intentar justificar la celebración de la conferencia afirmando que se trataba sobre todo de la venta de calcetines y tazas.

Los siguientes pasos para el grupo son apoyar a los detenidos y continuar con la presión al ayuntamiento. También puede incluir dirigirse a los dos principales simpatizantes de la industria: New Zealand Trade & Enterprise (una agencia de promoción del comercio) y la NZ Super Fund, inversor importante de la industria.

Si bien no es difícil conseguir apoyo en contra de una conferencia sobre armas, continúa habiendo grandes retos a la hora de alejar a la opinión pública de una creencia muy extendida sobre las actividades benéficas del ejército de Nueva Zelanda. Los distintos gobiernos han utilizado, de manera inteligente y con éxito, la retórica del “mantenimiento de la paz”, la “reconstrucción” y el “entrenamiento” para distraer a la población de 14 años de guerra continua en la que Nueva Zelanda ha jugado un papel muy activo.

Esta acción fue el primer intento de bloquear la conferencia desde 2006, y tuvo bastante éxito, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de actividades significativas al respecto.

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