La noviolencia en marcha en Sudán del Sur

Un sacerdote informó (en una reunión de seguimiento): “Desde que asistí al taller de noviolencia he dejado de odiar a los musulmanes. Quemaron nuestras iglesias en Khartoum y desde ese momento perdí el respeto por los musulmanes y empecé a odiarlos. Ahora estamos en un país nuevo, no quiero que los musulmanes sufran como los cristianos sufrieron bajo el régimen islámico en Sudán. Es doloroso perdonar pero mi Biblia me dice que perdone igual que Dios nos ha perdonado a nosotros”. Desde 2011, este sacerdote, unos pocos cristianos más y un grupo de musulmanes, trabajan juntos. Organizan talleres de compromiso con la comunidad tanto para cristianos como para musulmanes en Juba.

“Maté a personas de una tribu vecina”, confesó un participante después de asistir a un taller de noviolencia y superación de traumas. “Soy un líder juvenil y encabecé la violencia entre comunidades de 2011 que tuvo lugar entre los condados de Yirol Oeste y Mvolo. Mi propio hermano fue asesinado en ese conflicto. Más tarde fui detenido y encarcelado. Cuando estaba en la cárcel, sufrí psicológicamente porque sabía que al final me llevarían a la horca. Por suerte, me concedieron la amnistía en julio de 2011, en vísperas de la independencia”. Y añadió: “aunque fui puesto en libertad sin cargos, todavía no me siento libre, ya que los recuerdos del pasado siguen vivos en mi memoria. El taller de superación de traumas organizado por ONAD fue mi espacio de curación. Dejé de culparme a mí mismo y entregué mi pistola a las autoridades locales y me uní a los equipos de paz. Quiero vivir el resto de mi vida como un trabajador por la paz y no necesito una pistola para proteger mi ganado.”

La gente a menudo ve la noviolencia con sentimientos contradictorios. Primero, normalmente unas pocas personas valoran su importancia. Otras cuestionan si funcionará o no en nuestro altamente militarizado y violento contexto. Otras creen que puede funcionar en una sociedad menos violenta, pero no en Sudán del Sur. Uno de los participantes en nuestro reciente taller comentó que hemos estado viviendo en medio de la violencia desde la creación, y después de todo, la independencia de Sudán del Sur fue el resultado de dos guerras civiles dentro del régimen de Khartoum (se refería a las guerras civiles de 1955-1972 y de 1983-2005 en Sudán). Y preguntó: ¿cómo vamos a hacer frente con flores a la brutalidad y a las pistolas que nos apuntan?

Nuestros participantes a menudo expresaban las dificultades que implicaba seguir los principios de la noviolencia, porque -y es verdad- lo que pasa a nuestro alrededor es mayoritariamente violento, Pero también están teniendo lugar positivos cambios de actitud en Sudán del Sur, y sobre estos pequeños cambios estamos intentando construir algo mayor. Nos referimos a las experiencias prácticas de noviolencia localmente y globalmente. Siempre decimos que la noviolencia es como una semilla que necesita tiempo para germinar y crecer para que se convierta en un árbol grande. Empieza conmigo, no con los demás. La transformación personal es el factor clave para la noviolencia. Durante los talleres, al gente a menudo expresa la idea de que “si yo me hago noviolento, los demás pueden aprender de mí.”

Cuando nos reunimos con el mismo grupo después de un par de meses de descanso para hacer el seguimiento, les preguntamos de qué manera ha funcionado la noviolencia para ellos. Mucha gente da ejemplos de experiencias de la vida cotidiana. Por ejemplo, Emmanuel Ladu fue capaz de reconciliarse con la persona que había matado a su padre. Dijo que “me costó seis años perdonar y reconciliarme con la persona que mató a mi padre. Yo era la víctima y por eso tomé la iniciativa. El taller de noviolencia me dio el valor necesario para ponerme delante de mi enemigo y dejar que se marchara el dolor del pasado. Cuando lo perdoné, yo también me sentí aliviado. ¡El perdón nos libera del odio! ¡Yo también estaba sufriendo por no haber perdonado!”

En resumen, las reuniones de seguimiento siempre nos inspiran, y escuchamos las historias que comparten nuestros participantes. El 2 de octubre de 2013, la ONAD y sus voluntarios celebraron el Día Internacional de la Noviolencia. Era el aniversario de Mahatma Gandhi, líder del movimiento por la independencia de la India, que dedicó su vida a la causa de la noviolencia. Lo honramos a él y a miles de otras personas que trabajaron siguiendo el mismo espíritu. Mientras nos esforzamos por seguir nuestro camino, creemos que la victoria es segura, aunque tardemos mucho en alcanzarla. Siempre hacia adelante, nunca retroceder.

Moses Monday
Traducción: Carlos Barranco

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