Nonviolence Resources

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WRI's Empowering Nonviolence website is full of stories and strategies for nonviolent resistance! We've recently uploaded a number of new stories exploring programmes and project focused on building a “new world”.

¡El Manual para campañas no violentas de WRI está disponible en francés! La traducción la hicieron los amigos de la Union Pacifiste de France, que colaboró con el personal de WRI en el diseño del libro – si quieres un ejemplar, por favor escríbele a andrew@wri-irg.org

Empoderar la no violencia es un proyecto del Programa de no violencia de War Resisters' International, que ofrece recursos de campaña y capacitación de no violencia a activistas de base en todo el mundo en varios idiomas. El cambio social radical no “pasa simplemente”; el cambio ocurre cuando personas comprometidas toman acción juntas de maneras que son efectivas y estratégicas. Empoderar la no violencia pone nuestros recursos a disposición en línea, gratis, para ayudar a activistas a hacer campañas más fuertes y más poderosas. Visita www.nonviolence.wri-irg.org/es para leer más.

Con la creciente necesidad de solidaridad con la Sociedad civil turca, la Bund für Soziale Verteidigung (Fundación para la Defensa Social) –afiliado de WRI en Alemania- están en campaña de recaudación colectiva de 1,400 euros para imprimir nuestro Manual para campañas no violentas al turco.

Este dinero iría al Centro de Educación e Investigación no Violenta de Estambul, que luego distribuirá el manual gratuitamente en sus talleres y capacitaciones sobre no violencia. Por favor, ¡ayuda a los activistas en Turquía a que mejoren su conocimiento sobre acciones no violentas con este manual!

Por favor, dona aquí.

Cuando pensamos en cambio social, a menudo pensamos en protestas, campaña y acción directa. Todas son maneras claves de decir “¡no!” a prácticas e instituciones destructivas.

Sin embargo, es igualmente importante que construyamos alternativas concretas donde digamos “¡sí!” a la visión del mundo que queremos. Los “programas constructivos”, elaborados dentro del mismo análisis de potencia como nuestra acción directa no violenta, pueden ser poderosos actos de resistencia. Los programas constructivos demuestran las alternativas radicales – al militarismo y a las causas de cambio climático, por ejemplo– que nuestro mundo necesita con urgencia, y las pone en práctica aquí y ahora.

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Nombre: Un diálogo de género para constructores de paz Tiempo: 30 a 45 minutos Propósito del ejercicio: Crear un espacio para el diálogo entre mujeres y hombres en organizaciones pacifistas. Identificar puntos de tensión entre hombres y mujeres en organizaciones pacifistas. Desarrollar un nivel de comodidad y compromiso cuando tratamos cuestiones de género en

organizaciones pacifistas.

Dinamización:

I. Pequeña discusion en grupo sobre género, conflicto y construcción de paz.

1.En pequeños grupos  mixtos haced una lista de las maneras en que los hombres y las mujeres experimentan el conflicto y la violencia diferentemente. 
2. En los mismos grupos, haced una lista de las diferentes maneras en que hombres y mujeres trabajan por la paz.
3. En el grupo grande pedid a cada grupo pequeño que haga un informe con sus conclusiones. 

II. Dividid el grupo grande en grupos pequeños de sólo hombres y sólo mujeres.

1.Que cada grupo comparta los éxitos y retos trabajando con el sexo opuesto en temas de paz. Reta a los grupos a que den tantos ejemplos reales como sea posible, tanto positivos como negativos. 2. Pide a cada grupo que discutan estrategias para trabajar con el sexo opuesto sobre temas de paz.

– Que cada grupo exponga sus conclusiones y estrategias. – En parejas mixtas pide a los participantes que se respondan mutuamente sobre lo expuesto antes. Que cada persona tome su turno para hablar de sus sentimientos sobre el diálogo, mientras que la otra persona escucha e intenta entender sin interrumpir.

Este ejercicio se ha adaptado de Recursos para mujeres construyendo la paz y Manual de Entrenamiento, editado por Lisa Schirch. El manual completo se puede encontrar en http://www.iiav.nl/epublications/2004/womens_peacebuilding_manual.pdf o en http://www.ifor.org/WPP/resources.htm

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Roel Stynen

El 8 de julio de 1996, la Corte Internacional de Justicia declaró que “la amenaza o uso de armas nucleares sería contraria a las reglas de la ley internacional”. Esto ofreció a los movimientos de paz un argumento adicional y una base legal para acciones de desobediencia civil y acciones directas contra las armas nucleares. En Bélgica, pequeñas acciones de desobediencia en las oficinas centrales de la OTAN y en la base áerea de Kleine Brogel empezaron una campaña, con el nombre Bombspotting, que planteó la cuestión del armamento nuclear y el deber legal de desarmarse.

Bombspotting fue la primera ocación en que muchos participantes participaron en una acción directa. Desde el principio los organizadores hicieron un gran esfuerzo por permitir que la gente tomara un papel activo en la acción directa sin necesidad de estar mucho tiempo metido en la preparación. Mientras animamos a la gente a contactar con el grupo regional, y organizamos y promovemos activamente el entrenamiento noviolento en acción directa noviolenta, mantenemos la participación abierta al “ciudadano medio”, no sólo a los “activistas profesionales”. Esto significa que en las acciones de Bombspotting, una gran estructura que mueve a cientos de voluntarios, permite que la gente participe fácilmente sin un compromiso demasiado grande.

Un método importante con el que bajamos el listón para que la gente pudiera participar fue formando grupos locales. Estos grupos, que consisten en gente de muy diferentes estilos de vida, llevaron el tema del armamento nuclear y la llamada a la acción directa a favor del desarme nuclear desde las de las reuniones de la campañas a las calles. Los esfuerzos de movilización locales fueron mucho más efectivos que la campaña de la oficina de promoción nacional. A través del trabajo con los grupos locales, aseguramos que la gente que potencialmente estaba interesada casi en todas partes pudiera tener contacto cara a cara con la gente que trabajaba en la campaña a nivel de base.

Durante varios años, invitamos a activistas internacionales a participar, pero después tuvimos que afrontar nuevos desafíos. ¿Cómo podíamos ayudar a hacer presión sobre los gobiernos de los estados miembros de la OTAN? Esto es todavía tema de discusión. Estamos lejos de una campaña verdaderamente internacional, pero hemos hecho esfuerzos y hemos tenido debates de los que otros podrían aprender. Cuando invitas a gente internacional a que se unan, es fácil que se te pasen cosas básicas –como la comida, el alojamiento, los lugares de reuniones, el transporte– que puede aumentar el estrés. Tenemos que asegurarnos que los participantes internacionales tienen toda la información que necesitan para tomar decisiones. Tenemos que tener en cuenta los problemas de idioma, como por ejempl asegurarnos de que la gente que atiende un número de teléfono central, o de asistencia legal hable varios idiomas. La gente de fuera necesita tiempo para acostumbrarse y para prepararse para la acción, tanto en casa como poco antes de que se lleve a cabo. Para prepararnos tenemos que recorrer las diferentes fases de su estancia y papel en la acción desde su perspectiva. ¿Qué información necesita la persona? ¿Qué le podría ayudar a sentirse seguro, segura y cómodo? También tenemos en cuenta la posibilidad de encontrarnos con los invitados internacionales antes, para preparar todo juntos.

Un ejemplo excelente de un instrumento diseñado para este propósito es el “Faslane 365 Resource Pack” (http://www.faslane365.org). Este folleto proporciona información básica sobre el propósito y el contexto político del bloqueo de un año de duración en Faslane, y consejos prácticos sobre movilización, tácticas, formación, y más, permitiendo que los grupos se preparen de manera autónoma para su participación.

Según nuestra experiencia, la formación de acción directa noviolenta con participantes internacionales ha sido muy positiva. Los entrenamientos son una oportunidad para recorrer los escenarios de acción de forma extensiva, y prepararse para lidiar con los problemas y las dificultades que puedan surgir.

Uno puede tener la sensación de que el participar en acciones en el exterior no potencia mucho su propia campaña. Más aún, requiere mucho tiempo y puede costar mucho dinero. Por otro lado, yendo a otros país se puede mejorar la visibilidad de la campaña a nivel internacional. Muchas veces es una manera efectiva de conocer a gente con la que puedes trabajar en el futuro.

Un ejemplo de esto es que la participación internacional de activistas de Greenpeace franceses en acciones en Bégica les inspiró a hacer algo contra el desarrollo de misiles nucleares franceses. En septiembre, durante la gran manifestación contra el misil M51, unos treinta bombspotters tomaron parte en la primera inspección ciudadana al estilo Bombspotting en el Centre d´Essaies des Landes, cerca de Burdeos. Les dimos nuestro consejo y asistencia para la preparación de la acción, y los entrenadores de acción directa noviolenta de Bombspotting volvieron unos meses después de la acción a dar un curso de entrenadores.

Sin embargo, la acción en el exterior no puede nunca sustituir la acción en tu propio país. Por lo tanto, es muy importante pensar en qué esperai de la implicación de internacionales en vuestra campaña y de vuestrapropia participación en el exterior.

Existen maneras de aumentar el significado de la presencia internacional. En la acción de Bombspotting XL en 2005, en la que inspectores civiles se dirigieron a cuatro instalaciones diferentes relacionadas con las armas nucleares en Bélgica, había presentes activistas de todos los países miembros de la OTAN que tienen armas nucleares (Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Alemania Turquía y los Países Bajos) y de otros países como Finlandia, Francia, Grecia, Turquía, Portugal y España. Nuestra prensa llamó la atención sobre esta presencia y las delegaciones internacionales hicieron su trabajo de prensa en los respectivos países. Al trabajar de este modo, no es sólo cuestión de invitar a gente internacional y permitirles participar. Se necesita mucho más trabajo, incluyendo la coordinación de las tareas de prensa y repartir papeles antes, durante y después de la acción.

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Ruben Dario Pardo Santamaria

Fundada en 1997, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó nació en condiciones adversas para la resistencia noviolenta. La comunidad se encuentra en la región de Uraba, Colombia, donde actuan poderosos intereses económicos y donde existe un conflicto armado entre la guerrilla (FARC), las fuerzas del estado, y los paramilitares (normalmente en colaboración con el estado) Es una región donde el terror político, los asesinatos, y la intimidación se han usado para eliminar a los líderes y activistas. La Comunidad de Paz está formada por gente desplazada cuyos padres y abuelos fueron también víctimas de la violencia. A lo largo de su existencia la comunidad de la paz ha tenido que hacer frente a campañas que querían desacreditarla desde los más altos niveles del gobierno y de los medios de comunicación, especialmente durante el mandato de Álvaro Uribe. La Comunidad de Paz tiene más de 1,000 miembros, a pesar de que 150 han sido asesinados por las fuerzas de seguridad del estado, paramilitares o las FARC.

Hacia una estrategia de resistencia civil

Lo que empezó como una necesidad urgente de alternativas prácticas para gente desplazada se ha convertido en un proyecto que ofrece una alternativa al modelo actual de sociedad. Esto tiene tres dimensiones:

Resistir a la guerra y al desplazamiento forzoso, estableciendo un mecanismo para proteger a los civiles en un contexto de fuerte conflicto armado. Estable una base sostenible para la cohesión de la comunidad, incluyendo el desarrollo de alternativas económicas holísticas y ecológicas. Construir la paz, a nivel personal cotidiano de relaciones noviolentas cada día, y a niveles políticos condenando el uso de la violencia y apoyando una solución política negociada al conflicto armado, y a través de campañas de difusión de la idea de zonas de paz y ofreciendo orientación a otras comunidades locales.

Estrategia económica

Una zona de guerra no tiene un abastecimiento normal de los bienes esenciales. Por lo tanto, la comunidad necesita producir su propia comida; coopera con los grupos de “comercio justo” para comerciar con coca y plátanos. La comunidad de paz cuenta con 330 hectáreas de terrenos comunitarios para desarrollar el trabajo productivo.

Estrategia Política

La emergencia de la Comunidad de Paz ha sido un desafío radical para los que buscan dominar el territorio, sobre todo los actores armados del estado, los paramilitares y las guerrillas. Para sobrevivir, la comunidad necesita construir relaciones que por una parte reduzcan la presión sobre la comunidad y por otra refuercen su resistencia a través de las relaciones a nivel local, nacional e internacional.

Cohesión comunitaria

La declaración fundacional de la Comunidad de Paz expone los principios de desmilitarización y neutralidad que representan el común denominador de la comunidad. El acto de firmar esta declaración es una fuerza unificadora para el colectivo. La formación ha sido vital para la comunidad. Primero, en preparación para el establecimiento de la comunidad hubo talleres con gente desplazada y posibles miembros. Ahora el comité de formación se concentra en reforzar internamente el entendimiento y el compromiso con los principios de la comunidad, analizando su situación y, evaluando todo el proceso de la resistencia civil. Enseña habilidades en resolución de conflictos dentro de la misma comunidad y se pone como objetivo el reforzamiento de la decisión de los miembros de la comunidad de no unirse a ningún grupo armado. El comité de formación trabaja no únicamente con familias, coordinadores y grupos de trabajo de la comunidad, sino también con otras familias de la región.

Protección

La comunidad participa en actividades para reducir el riesgo de violaciones de derechos humanos y para fortalecer el propio proceso de resistencia civil. Esto supone:

documentar y denunciar públicamente las violaciones cometidas por todos los actores armados. identificar los espacios de la comunidad levantando carteles que declaren sus principios; difundir información a través de pequeñas publicaciones, vídeos, reuniones nacionales e internacionales en su territorio, viajes nacionales e internacionales y en su propia página web. hacer peticiones al gobierno nacional y cada vez más a las agencias internacionales, que algunas veces han producido veredictos favorables, tales como restricciones en la ayuda militar de Estados Unidos y el juicio a soldados acusados de matar a líderes de la comunidad en febrero del 2005. acompañamiento protector: Las Brigadas Internacionales de Paz acompañan regularmente al transporte “a” y “desde” la comunidad, mientras que otros grupos internacionales incluyendo Fellowship of Reconciliation de Estados Unidos, apoya por medio de acompañamientos para la protección de la comunidad.

Propuesta para nuevas zonas neutrales

A diferencia de las “zonas seguras” creadas por acuerdo entre fuerzas armadas, en la Comunidad de Paz la población civil ha decidido crear un espacio físico y de protección social para los que no están involucrados en la guerra. Las comunidades de paz no son meros espacios de supervivencia en medio de las balas, sino lugares que pretenden construir la paz con justicia social, un modo de vida basado en la dignidad, la autonomía y la solidaridad.

Habilidad para resistir la represión

La Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha sido una de las más duramente golpeadas por la violencia política en Colombia. La represión política tiene como objetivo romper los principios y creencias de los que optan por la paz, extendiendo la desconfianza e intimidación y cercenando las acciones individuales y colectivas. A través de acciones selectivas y violencia directa, esta represión propaga la intimidación y la desconfianza entre la población, cortando las capacidades de la gente para reaccionar.

La perseverancia en la resistencia de la comunidad, a pesar de la violencia, se puede explicar en parte por la ausencia de mejores alternativas para la gente que ha sido desplazada a la fuerza. Sin embargo, también depende de factores más positivos: una fuerte conciencia social, en la que la gente actúa como sujetos no subordinados a órdenes políticas; la percepción de que, a pesar de los actores armados el proceso de resistencia tiene posibilidades de éxito; la confianza en que la noviolencia ofrece mejores oportunidades de supervivencia; y un compromiso inquebrantable de no abandonar la lucha por la que tantos mártires han dado ya sus vidas.

Diferentes tipos de resistencia

La Comunidad de Paz resiste a muchos niveles:

resiste la malaria, la pobreza, y la falta de servicios básicos en esas áreas de Colombia; resiste el terror de los grupos armados legales e ilegales; resiste la tentación de revancha en un territorio donde sería extremadamente fácil unirse a un grupo armado y buscar venganza contra el enemigo; resiste la imposición de un modelo de sociedad exclusivo y autoritario, proponiendo un proyecto de vida basado en una visión integral de dignidad y desarrollo.

Conclusión

Los siguientes son los factores más importantes que han permitido a los campesinos y granjeros de San José de Apartadó mantener la resistencia noviolenta durante los últimosdiez años:

la estructura organizativa democrática y flexible de la comunidad, que fortalece el sentido de pertenencia y la cohesión de la comunidad; mejoras en las vidas de mujeres y niños en comparación con tiempos anteriores; fuerte disciplina interna, respecto a las normas de conducta convenidas y lealtad a los principios fundamentales de neutralidad y noviolencia; implementación interna de medidas de protección; apertura de espacios de consulta con miembros del gobierno; implementación de estrategias económicas para cubrir las necesidades básicas de la comunidad; un proceso progresivo de integrar y coordinar acciones con otras experiencias locales de resistencia civil en diferentes regiones de Colombia; entrenamiento de nuevos líderes; el ejemplo de los mártires motivando la resistencia; la protección ofrecida por el acompañamiento internacional; el acompañamiento de entidades de la iglesia católica; la gradual consolidación de una red de apoyo internacional en muchos países; la fuerza moral de la comunidad y su resistencia de cara a la violencia infligida por los grupos armados.

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'' Jungmin Choi''

No hace mucho, los movimientos sociales coreanos empezaron a usar el concepto de “fomar de lucha noviolenta”. Todavía muchos activistas sociales ven la noviolencia como algo negativo, como una forma de lucha débil, pasiva y no resistente, en parte a causa de nuestra propia historia.

Durante más de treinta años después de la ocupación colonial japonesa y después de la guerra de Corea, gobernó Corea del Sur un régimen militar autoritario. El régimen respondía a las aspiraciones crecientes de libertad y democracia con terror armado, así que algunas personas se armaron, hablando de “resistencia violente”. Hoy en día, el estado todavía usa la violencia, especialmente contra los activistas, pero cada vez más activistas están empezando a aceptar que hay una forma de lucha noviolenta.

Ha habido alguna forma de resistencia noviolenta desde los 80, como los estudiantes que objetaban a ser enviados a la frontera del norte, soldados que denunciaban la violencia que experimentaron durante el servicio militar, y los civiles que protestaban por ser interrogados por patrullas de policía. Sin embargo el concepto de noviolencia estaba limitado a medios de resistencia.

Ahora se dice que los objetores de conciencia al servicio militar obligatorio son los primeros verdaderos pacifistas en Corea del Sur, los cuales vieron la noviolencia como una filosofía de vida. Habían abogado por el derecho a desobedecer órdenes irracionales del estado (cuando el nacionalismo y el militarismo eran dominantes) y habían apelado a la bondad básica de la gente, pidiéndoles que cuestionaran radicalmente el ejército, las armas y la guerra.

La gente se conmovió profundamente cuando vio que los objetores de conciencia estaban dispuestos a ir a prisión durante dieciocho meses antes que tomar las armas. Han llegado a saber el significado del acto de objeción de conciencia, observando las continuas guerras causadas por Estados Unidos e Israel.

El grupo de trabajo para la objeción de conciencia en Corea del Sur se centra ahora en proporcionar la asistencia necesaria como, por ejemplo, asesoramiento legal y asistencia psicológica a los que se preparan para objetar y está también difundiendo información sobre la objeción de conciencia a través de una serie de actividades, tales como conferencias de prensa, foros, campañas y acciones directas. El número de objetores de conciencia en Corea del Sur, es todavía pequeño, y las demandas de los que se declaran objetores de conciencia nos dicen que necesitan apoyo.

El movimiento de objeción de conciencia no tiene una postura clara respecto a la acción noviolenta. Por ejemplo, en 2003, cuando Kang Chul-min hizo pública su objeción de conciencia, mientras estaba cumpliendo el servicio militar, hubo opiniones encontradas sobre si hacer una sentada en solidaridad con él. Surgieron discusiones similares cuando lagunos universitarios hicieron declaraciones de objeción de conciencia antes de que fueran llamados al servicio militar. Muchos no ven la objeción de conciencia como una las formas de acción directa noviolenta que debería de conectar con otras formas de acción directa.

Otros grupos que asumen el pacifismo noviolento como una filosofía de principios jugaron un papel importante en la lucha contra la base militar de Estados Unidos en Pyeongtaek. Usaron diferentes tácticas, incluyendo formas imaginativas de acción directa noviolenta que chocaban por contraste con los métodos de lucha previos. Algunos de los participantes en la campaña decidieron fundar “un pueblo de paz”, ocupando edificios que habían sido abandonados para hacer sitio a la base y transformándolos en una biblioteca, un café y una casa de invitados, y exponiendo obras de arte donadas por artistas. Cuando los bulldozers, apoyados por la policía antidisturbios y las fuerzas de seguridad privadas (“matones a sueldo”) llegaron para demoler los edificios que quedaban en el pueblo, la gente y los que les apoyaban en un principio tuvieron éxito en detener la demolición, subiéndose a los tejados, atándose a los edificios, y sentándose en frente de los bulldozers. Sin embargo a medida que las fuerzas del gobierno aumetaban –de una fuerza de 4,000 en marzo del 2006 a 22,000 en septiembre– cientos de personas del pueblo y partidarios de la causa fueron detenidos o heridos. A pesar de esto, la gente todavía intentó trabajar los campos bajo la ocupación militar. Finalmente se rindieron en febrero del 2007. La última vigilia a la luz de las velas como protesta se celebró en marzo de 2007. Al mes siguiente la gente del pueblo y sus amigos regresaron para enterrar una “cápsula del tiempo” marcada con una bandera que decía “volved”.

South Korean experience on how to use web resources for nonviolent campaigns

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Hilal Demir and Ferda Ülker

El militarismo y el patriarcado están profundamente enraizados en la cultura turca. Actualmente, la guerra del “sureste” está basada en la discriminación étnica contra los curdos, aunque oficialmente se describa como “una guerra contra el terrorismo”. A cualquier intento de cuestionar el militarismo se le llama “traición”. Las personas más afectadas por las consecuencias negativas de la violencia son primordialmente las mujeres, los niños y los ancianos; también las minorías religiosas, étnicas y políticas. La violencia está tan interiorizada en la sociedad turca que las perspectivas alternativas son impensables, incluso entre los que normalmente cuestionan la jerarquía y promueven la libertad y la igualdad.

La influencia de los militares se puede reconocer en los ejemplos siguientes:

Sólo después de haber hecho el servicio militar se le mira a un hombre como un hombre “de verdad”. El Consejo de Seguridad Nacional (incluyendo los Jefes de Estado Mayor) impidió en 1997 que los ganadores de las elecciones formaran un gobierno (el golpe de estado “posmoderno”). Poder económico: la compañía de servicios financieros del ejército turco OYAK es una de las inversoras más poderosas de Turquía. Las encuestas de opinión muestran que el ejército es la institución de la que más se fía la gente.

El ejército bajo el mando de Mustafa Kemal estableció la república turca en 1923, después del colapso del Imperio Otomano; los principios kemalista permanecen como fundamentales para el estado, reflejados en el código penal, el mantenimiento de un ejército poderoso y la creencia en la “indivisibilidad de la nación”. Estos generan actitudes represivas. Poca gente ve que el dominio del hombre sobre la mujer sea un problema, y la violencia física está ampliamente aceptada contra los subordinados, los presos y en el interior de la familia.

Los principios

El término noviolencia se usó por primera vez en los principios de la Asociación de Resistentes a la Guerra de Izmir (IWRA por sus siglas en inglés) en 1992. Dentro de la asociación, la noviolencia fue siempre un tema de debate, especialmente cómo encontrar formas concretas de vivir de una forma noviolenta dentro de una cultura violenta. Al principio usamos entrenamientos noviolentos para prepararnos a nosotros mismos para los escenarios de las visitas a la prisión, cuando un miembro del grupo, Osman Murat Ülke fue encarcelado por objeción de conciencia. Inicialmente nadie externo se acercó para hablar sobre la noviolencia. Sin embargo, ahora hay más interés, aunque la Asociación de Resistentes a la Guerra se disolvió en 2001 porque muchos miembros se “quemaron”.

El compromiso de IWRA con la noviolencia supone un marcado contraste con otros grupos de izquierda que no se tomaron nuestro planteamiento seriamente y vieron la noviolencia como algo débil e ineficaz. Sobre todo implicamos a activistas antimilitaristas, anarquistas y feministas. Quizás la mejor acogida a la noviolencia vino del movimiento de lesbianas, gays, bisexuales, y transexuales (LGBT) que se encontraba en proceso de estructuración y estaba asumiendo métodos noviolentos.

Con respecto a las alianzas políticas nuestra interacción más fructífera fue con el movimiento de mujeres. Cuando empezamos formamos un grupo de mujeres feministas y antimilitaristas llamado, “Feministas Antimilitaristas”, que intentaba contactar con grupos de mujeres. A pesar de algunas decepciones iniciales, contactamos con muchas mujeres independientes y empezamos a montar entrenamientos para organizaciones de mujeres. Este cambio de actitud estaba relacionado con cambios/ transformaciones dentro del movimiento de mujeres, en particular un deseo de hacer las cosas a su manera más que según las directrices de izquierda tradicional. A medida que más mujeres buscaban poder personal, nuestra cooperación con mujeres y con grupos de mujeres se fortaleció.

El grupo político más cercano fue el movimiento de objeción de conciencia porque fue construido con los esfuerzos de los activistas que trabajaban por promover la noviolencia. Aunque esta asociación continúa, una vena individualista en el movimiento, creemos, hace el debate sobre la noviolencia menos efectivo. Aunque la mayoría de los objetores de conciencia turcos son objetores totales (es decir, rechazan tanto el servicio militar como el servicio sustitutorio), la actitud del movimiento hacia la noviolencia es ambigua algunas veces, especialmente por el apoyo a los objetores de conciencia del movimiento kurdo y de los grupos de izquierdas.

La Iniciativa de Formadores Noviolentos de Izmir

La Iniciativa de Formadores Noviolentos de Izmir (INTI) se creó primeramente como parte de la IWRA con apoyo adicional de otros. Nuestros trabajo fue apoyado y mejoró su calidad gracias a la cooperación con formadores alemanes, que incluía cursos de formación en Kurve Wustrow, en Alemania, una formación para formadores internacional, organizado en Foca, Turquía, en abril de 1996, y el acompañamiento de dos formadores alemanes que vivieron en Izmir entre 1998 y 2001.

Cuando la IWRA se disolvió en diciembre de 2001, la iniciativa continuó, organizando talleres en Izmir y en cualquier lugar al que nos invitaran, incluyendo Diyarbakir, en la región “en crisis” del sudeste. Hoy, cinco voluntarios –cuatro mujeres y un hombre– trabajan principalmente como voluntarios, quienes se les compensa sólo por los gastos de viaje, aunque algunas veces tenemos dinero para pagar a un coordinador a media jornada. En Junio del 2006 empezamos un curso de formación para formadores con veinte participantes de todo el país.

El objetivo de INTI es potenciar y poner en práctica los principios y las estructuras noviolentas como una alternativa al militarismo, el nacionalismo, la jerarquía y el patriarcado. Nuestras actividades públicas empezaron con la organización de manifestaciones y seminarios sobre la noviolencia y la objeción de conciencia, publicando panfletos (aunque la policía confiscó un buen número de nuestros trabajos en las imprentas), y buscando la cooperación internacional. En el campo de la formación trabajamos con activistas de grupos extraparlamentarios, de derechos humanos, de mujeres, LGBT y partidos políticos. Además, el grupo cooperó con el Centro de Derechos Humanos de la Asociación de Abogados de Izmir, para formar a abogados y a policías en cuestiones de derechos humanos. Entre los problemas que se trataron en general en nuestras formaciones están la creación de estructuras no jerárquicas para el trabajopolítico de oposición desde la base, toma de decisiones por consenso, debate sobre las estructuras militarizadas dentro de la sociedad (empezando por la familia) y alternativas noviolentas. Los comportamientos y las acciones individuales de los participantes son siempre el punto central y básico de nuestros talleres. Reflexionamos sobre análisis teóricos y experiencias prácticas de noviolencia y acciones noviolentas (empezando por Henry David Thoreau y Mohandas Gandhi hasta ejemplos de hoy). Incluimos reflexiones sobre puntos de vista anarquistas a la noviolencia en El Teatro de los Oprimidos de Augusto Boal, y las estrategias noviolentas de Gene Sharp.

Nuestro grupo cree que es posible eliminar toda clase de desigualdades, la discriminación y por tanto la violencia, y desarrollar acciones noviolentas y métodos para el cambio político y social. Por lo tanto, con el principio de que “la noviolencia no es una aspiración para lograr en el futuro sino, el medio para llegar a esa misma meta”, nuestro grupo empezó a cuestionar las prácticas diarias que parecen ser “neutrales”. Durante más de diez años hemos estado aprendiendo, practicando y enseñando los medios y métodos de la noviolencia, una actitud ante la vida que ahora desarrollamos como un principio vital.

Primero, ofrecemos una formación “introductoria” de un día para diversas organizaciones para activistas individuales que cuestionan la violencia como parte de sus programas. Segundo, ofrecemos “formación basada en el conflicto” sobre temas solicitados por los grupos, basada en sus necesidades. Algunos de ellos son los prejuicios, resolución de conflictos, comunicación y sexismo. Tercero, estamos trabajando para ofrecer una semana de sesiones intensivas de “entrenamiento de formadores” con personas que han tomado parte en las dos primeras sesiones de formación y quieren ser formadores. Esto fue en respuesta a la creciente demanda de este tipo de módulo. Desde 2002, hemos dirigido las primeras y segundas partes de las formaciones con diversos grupos– trabajando con mujeres, la comunidad LGBT y grupos de derechos humanos, ecologistas, pacifistas y antimilitaristas de Izmir, Ankara, Antalya, Adana, y Diyarbakır.

Las personas que participaron en nuestras dos primeros talleres y querían ser formadores ya habían empezado a cuestionar la violencia y habían estado intentando integrar métodos no violentos en sus instituciones y prácticas individuales. Sin embargo, sentían que les faltaba información y experiencia sobre la “acción noviolenta”. Por ejemplo en Diyarbakir, nos dimos cuenta de la necesidad de aprender cómo elaborar soluciones noviolentas para actividades fundamentales (como los asesinatos “por honor”, violencia contra las mujeres, etc.). Los participantes necesitaban empoderamiento para su trabajo y mejorar su aptitud para usar la noviolencia para crear nuevas soluciones a sus problemas. Nos damos cuenta que es imposible cubrir todos los principios de la noviolencia en una semana de entrenamiento. Una de las soluciones que encontramos fue continuar el diálogo y buscar oportunidades para reuniones futuras de supervisión y realimentación. Más aún, durante el tercer entrenamiento planeamos formar una red de todos los formadores de Turquía y establecer principios operativos. Este enfoque de “red de formadores” asegurará que nuestro diálogo sea sostenible y nos permitirá continuar compartiendo conocimiento y experiencia entre los formadores en noviolencia y dinfundir cooperativamente la formación noviolenta tanto a nivel local como nacional.

Nuestros objetivos

Bucamos mejorar y fortalecer la cultura de la democracia y los derechos humanos introduciendo el concepto de noviolencia, cuestionar la cultura de la violencia(que tiene un carácter militarista y patriarcal en Turquía) para sembrar las semillas de una cultura de la noviolencia, y aumentar la conciencia de una lucha contra la discriminación en todas las formas de vida. Formar formadores permitirá a éstos trabajar para lograr estas metas consiguiendo experiencia práctica y aumentando su capacidad de dinamizar sus propios grupos de formación.

Campañas noviolentas

Examinando ejemplos de campañas noviolentas en Turquía, podemos decir que estas actividades no se han organizado de una manera totalmente noviolenta. Aunque la noviolencia fuera uno de los principios fundamentales de algunas organizaciones, les faltaban algunas de las cualidades de una verdadera acción noviolenta, tal como el prepararse para la actividad con entrenamientos noviolentos. Una de las campañas más largas con respecto a esto fue el Festival Militourism. Este festival, celebrado anualmente el 15 de Mayo (el día Internacional de la Objeción de Conciencia), consistía en visitar los símbolos militares famosos en varias ciudades, organizando actos alternativos y declaraciones de objetores de conciencia. Otra era la campaña “Le estamos haciendo frente”, cuyo objetivo era cuestionar la guerra en Turquía. Se prolongó durante un año entero, con acciones importantes cada tres meses. El objetivo era evitar que la gente ignorara esta guerra mediante el uso de métodos noviolentos como el teatro de calle. Otra acción noviolenta fue “el Día del Arroz”, celebrado en Ankara, la capital administrativa y concretamente enfrente de los cuarteles militares. Nos reunimos allí para decir “existimos, estamos aquí”. Como antimilitaristas que subvertíamos los papeles sociales con nuestras actividades, usamos el símbolo del “Día del Arroz” para realzar la solidaridad de grupo y acabar con nuestra invisibilidad. Aparte de estas actividades importantes, se movilizaron organizaciones y acciones más pequeñas para intervenciones políticas con objetivos a corto plazo.

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Roberta Bacic

El 11 de Septiembre de 1973, la junta chilena, apoyada por la CIA y la administración de Nixon, derrocó al gobierno del presidente socialista Salvador Allende, democráticamente elegido en 1970. Priscilla Hayner, en su libro Unspeakable Truths, Confronting State Terror and Atrocity (2001), describe el devastador impacto de la dictadura resultante: “El régimen se casó con un virulento anticomunismo para justificar sus prácticas represivas que incluyeron arresto de masas, tortura (las estimaciones del número de gente torturada va de 50,000 a 200,000), asesinatos y desapariciones”. Efectivamente, la dictadura asesinó, torturó y exiló a miles de oponentes políticos y personas visionarias.

   Bajo estas condiciones, como  resultado inmediato de las amenazas y el terror reinante, un silencio maligno e inmovilizador se cernía sobre Chile. En ese entonces, algunos de nosotros nos preguntamos si las ideas de Gandhi sobre el poder de la no violencia podrían ayudar a desafiar el terror. (La no violencia se refiere a la filosofía y a la estrategia pacífica de la resolución de conflictos, una manera de luchar contra la injusticia. En un sentido más amplio, hace alusión a un estilo de vida desarrollado y empleado por Gandhi y sus seguidores en todo el mundo. La no violencia es una acción que no practica ni permite la injusticia.)

Gritando la verdad

   Algunos de nosotros decidimos inspirar a otros manifestándonos contra la dictadura “gritando la verdad”. Enfrentamos de este modo un doble sufrimiento: el dolor que suponía el resistir la violencia de la dictadura y el sufrimiento causado por permanecer en silencio a causa del miedo. Era inaguantable el no gritar mientras eran asesinados, torturados y hechos desaparecer aquellos a quienes amábamos. Por esta razón, como una manera de superar y transgredir el silencio y el terror reinantes, se imprimieron panfletos y folletos clandestinos y se pintaron en las paredes por las noches, lemas que denunciaban las violaciones de los derechos humanos, con gran riesgo para la seguridad de quienes realizaban estas acciones. Sustentando estos actos de disidencia y oposición al régimen estaba el principio de la no violencia activa: puesto que existe la injusticia, lo primero que se nos pide es que la denunciemos, ya que si no lo hacemos somos cómplices. Las acciones clandestinas ayudaron a difundir el principio de decir la verdad para después actuar en concordancia. Sin embargo, a pesar de los riesgos teníamos que ir más allá de las protestas clandestinas: necesitábamos trasladar las protestas contra la junta militar chilena al terreno público.

Activando el Movimiento Público contra la Tortura

   José Aldunate, un sacerdote jesuita que llegó a ser el líder del Movimiento contra la Tortura “Sebastián Acevedo” en Chile, dice en sus memorias: “Un camarada vino y nos descubrió el hecho (la tortura). Aprendimos sobre la tortura y sobre las dinámicas de la no violencia. Vimos una película de Mahatma Gandhi. Yo estaba más motivado para protestar contra la pobreza, pero respondí a la disciplina del grupo. Deliberamos y decidimos hacer una manifestación no violenta para denunciar la tortura...para romper las barreras del silencio y el ocultamiento con respecto a la tortura; teníamos la obligación de denunciarlo en público. Teníamos que sacudir la conciencia de la gente”. 

   El 14 de Septiembre de 1983, diez años después de que el régimen había tomado el poder, nació el Movimiento contra la Tortura en una acción delante de la sede del Centro Nacional de Investigación de Santiago. Unas 70 personas interrumpieron el tráfico, desplegando una pancarta que decía: “Aquí se Tortura”. Gritaron su denuncia y cantaron un himno a la libertad. El grupo volvía al mismo lugar para denunciar los crímenes contra la humanidad del régimen por lo menos una vez al mes hasta 1990. El movimiento denunció la tortura, pero dejó a otras entidades la tarea de la investigación y la de hacer declaraciones. 

   Para actuar tuvimos que desafiar abiertamente las normativas del Estado de Emergencia que la junta había decretado para aterrorizar a la población. Teníamos que adelantarnos al sentido de impotencia, de aislamiento y de miedo. Pero a la vez necesitábamos proveer algunas medidas de seguridad. El movimiento no tenía ni lugar de reunión, ni secretariado ni infraestructura. Se reunía en las calles y plazas cuando era hora de actuar. No tenía una lista de miembros. Los participantes venían por invitación personal, ya que el movimiento tenía que evitar la infiltración por parte de la policía secreta y otras instituciones represivas. Las instrucciones pasaban de unas personas a otras. Se formaba a los participantes durante las mismas acciones, donde evaluábamos cada acción en el momento.

   Lo que pasaba con bastante frecuencia era que los participantes enfrentaban sanciones legales e ilegales cuando eran detenidos y enjuiciados. Los gases lacrimógenos, las palizas y las detenciones eran prácticas de represalia comunes contra los manifestantes. La tortura podía ser una consecuencia posible al ser arrestado. No solamente enfrentaron estas sanciones los participantes en el movimiento Sebastián Acevedo, sino también los reporteros y periodistas que quisieron hacer reportes sobre estas acciones y las cuestiones que exponían. Algunas de las acciones contaron con hasta 300 participantes. En total participaron unas 500 personas. Había cristianos y no cristianos, sacerdotes, monjes, gente de barrios bajos, estudiantes, gente mayor, amas de casa y miembros de varios movimientos de derechos humanos. Fue, en definitiva,  un movimiento que integró a gente de toda clase, ideología y forma de vida. 

   La meta principal era acabar con la tortura en Chile. El método que se eligió fue el sacudir la conciencia nacional para que esto a su vez  elevara la conciencia ética y política  de la nación hasta que el régimen acabara con la tortura o el país acabara con el régimen. En 1988, después de  una campaña generalizada contra la intimidación, la campaña no violenta realizada bajo el lema “Chile Sí, Pinochet No”, ayudó, ante el asombro del propio Pinochet y sus seguidores, a derrotarlo en un plebiscito en principio organizado por él mismo para ratificar su gobierno. 

   Ciertamente, los esfuerzos para acabar con la cultura de la impunidad que se realizaron durante los años de dictadura en Chile y las acciones que colaboraron con el proceso de Reconciliación Nacional continúan. Sin duda, las protestas no violentas efectuadas en este periodo fueron, junto a otras acciones colectivas,  medios determinantes para derrocar una dictadura que practicó el terrorismo de estado, la coerción y la violencia durante todos los años que se mantuvo en el poder.

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Howard Clark

Las primeras llamadas que se hicieron para un boicot internacional del apartheid de Sudáfrica se remonta a 1958; en Gran Bretaña, el movimiento antiapartheid lanzado en 1959 lo vio como una gran estrategia. El sistema de apartheid de Sudáfrica, fue ampliamente condenado a nivel intergubernamental, especialmente después de la masacre de 1960 en Sharpeville. En 1961 Sudáfrica fue expulsada de la Commonwealth (entonces conocida como la Commonwealth británica), y en 1962 las Naciones Unidas formaron un comité especial contra el apartheid, poniéndose de acuerdo al año siguiente en un embargo “voluntario” de armas. Sin embargo el apartheid no acabó hasta los años noventa.

Tres fueron las áreas principales de sanciones internacionales contra Sudáfrica: la económica, que incluía el comercio y la inversión, un boicot cultural y otro deportivo. Los dos últimos tuvieron sobre todo un impacto psicológico en Sudáfrica. La exclusión de Sudáfrica, un país loco por el deporte, de los Juegos Olímpicos desde 1964 en adelante, y sobre todo de las competiciones internacionales de rugby y cricket desde 1970 en adelante, fue provocada por una combinación de presión ejercida por otros estados africanos y manifestaciones, incluyendo la interrupción de partidos de tenis y rugby.

El impacto de las sanciones económicas continúa siendo una cuestión a debate; especialmente porque dos estados poderosos (Gran Bretaña y Estados Unidos) burlaron repetidamente las declaraciones de las organizaciones intergubernamentales Naciones Unidas o la Commonwealth. Sin embargo, existieron olas de movimientos a favor de “sanciones populares” –empezando probablemente con el repudio de la masacre de Sharpville– cuando incluso los líderes del partido laborista británico apoyaron el gesto moral de negarse a comprar fruta sudafricana.

Mi propia participación empezó más tarde. Como estudiante en 1969 yo era uno de esos que querían que el momento ganado por el boicot deportivo pasara al boicot económico. Nuestro sindicato de estudiantes había aprovado ya resoluciones en contra de que la universidad comprara fruta del apartheid. Después montamos una campaña contra el banco Barclays, el banco más popular entre los estudiantes británicos de aquel tiempo y también el banco que usaba mi universidad. Nuestro primer éxito fue el disuadir a nuevos estudiantes de que abrieran su primera cuenta bancaria con Barclays y persuadir a otros de que cambiaran de banco. El segundo fue una huelga de alquiler, rehusando pagar el alquiler de las habitaciones de estudiantes en una cuenta de Barclays. Con el tiempo las autoridades universitarias cedieron desencadenando la dimisión de miembros prominentes de la Junta de Gobierno de la universidad. Por todo el país secciones de sindicatos, clubes, asociaciones e iglesias debatieron el cambio de bancos. Me metí en problemas tanto con los cuáqueros como con la Peace Pledge Union por escribir en Peace News en 1972, que no tenían legitimidad para hablar de la noviolencia en Sudáfrica a menos que dieran un pequeño paso cambiando sus cuentas de banco. Las autoridades locales decidieron hacer lo mismo. En 1986 –dieciséis años después de que empezara el boicot a Barclays– el banco vendió sus filiales sudafricanas. Finalmente, también la cadena de supermercados Cooperative decidió no vender productos sudafricanos.

Este tipo de boicot estuvo muy influido por olas de preocupación sobre el apartheid. Una de ellas fue después de las matanzas de Soweto de 1976 y el asesinato bajo custodia de Steve Biko en 1977; otra fue en los años ochenta con el resurgimiento dentro de Sudáfrica del Frente de Unión Democrática y portavoces como Desmond Tutu. Al mismo tiempo surgían activistas locales antiapartheid que introducían resoluciones a sus sindicatos e iglesias, reconociendo que ambos, sindicatos e iglesias, eran grandes inversores corporativos capaces de ejercer presión sobre las compañías.

En Gran Bretaña el boicot antiapartheid fue una “larga marcha”, a veces bastante poco espectacular. Habiendo triunfado persuadiendo a los gobiernos municipales de que hicieran algo, después nos tocó ver cómo el gobierno de Margaret Thatcher les quitaba el poder de tomar decisiones en ciertos terrenos políticos. A pesar de todo mantuvimos la cuestión de la conexión de Gran Bretaña con el apartheid en la mente de la gente.

La historia fue diferente en otros países. En los años setenta los británicos mirábamos con envidia el éxito del boicot holandés del café de Angola, una colonia portuguesa muy cercana a Sudáfrica. En los años ochenta los trabajadores de una de las cadenas más importantes de supermercados de Irlanda, Dunne's, se quedaron sin trabajo en una disputa de cuatro años sobre la venta de productos del apartheid, un conflicto que sólo se resolvió cuando el gobierno irlandés declaró que los productos sudafricanos eran ilegales.

Los Estados Unidos fueron un terreno importante de lucha. El movimiento de sanciones populares tenía tres focos principales: las universidades, los bancos y las corporaciones municipales y estatales. Sus logros fueron considerables. En 1985, después de una campaña de diecinueve años, el principal banco involucrado en Sudáfrica, Chase Manhattan, anunció que no renovaría sus préstamos a los proyectos sudafricanos. Para 1991, 28 estados, 24 condados, 92 ciudades y las Islas Virginia habían adoptado legislación o normas, imponiendo algún tipo de sanción a Sudáfrica. Para finales de 1987 más de doscientas compañías estadounidenses se habían retirado de Sudáfrica formalmente, aunque muchas de ellas encontraron otras maneras de continuar sus negocios. (Por ejemplo, General Motors dio la licencia para la producción local, y los ordenadores IBM tenían un distribuidor sudafricano). Sin embargo, lo más importante de estas campañas fue la educación pública que se llevó a cabo a través de ellas y el sentido de solidaridad que se creó con el movimiento antiapartheid dentro de Sudáfrica.

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