Ni Casco Ni Uniforme. 20 años. 1997-2017

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Ni Casco Ni Uniforme - Jovenes contra el servicio militar obligatorio realizan Declaración de objeción de conciencia,  Santiago de Chile.
Jovenes contra el servicio militar obligatorio realizan Declaración de objeción de conciencia, Santiago de Chile.

Marcela Paz y Pelao Carvallo

Este año se cumplen 20 años del grupo antimilitarista libertario Ni Casco Ni Uniforme (NCNU), surgido como Grupo de Objeción de Conciencia NCNU, el que tiene origen en Santiago de Chile en un contexto de transición democrática direccionada por los poderes fácticos que cautelaban la herencia dictatorial pinochetista. Este estado de cosas implicaba una absoluta preponderancia, control e impunidad militar en casi todos los ámbitos de lo público.

El servicio militar obligatorio. Éste tenía (y sigue teniendo) rango constitucional. No había (ni hay) ninguna ley de objeción de conciencia que contrapesara esto.

En este contexto, objetorxs de conciencia, antimilitaristas, anarquistas, pacifistas, feministas, religiosos, estudiantes, trabajadorxs, confluyen en una serie de iniciativas de coordinación que terminaron por adquirir un cuerpo político y voluntad de acción en algo llamado Ni Casco Ni Uniforme ese año 1997.

Ni Casco Ni Uniforme

Este grupo se formará en el plazo de tiempo transcurrido posterior al 15 de mayo de 1997 y antes del fin de julio del “97 exactamente, principios del 97 estamos hablando de mayo, junio y antes digamos, cuando ya nace la cosa en cosa bastante… 97, porque lo de Pedro Soto Tapia fue en el 96, claro el 96, 97.”1.El colectivo en formación consigue espacio para reunirse semanalmente en la sede del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) Chile, en calle Cienfuegos 85, lugar que con el tiempo se asociará al Ni Casco Ni Uniforme, mientras este funcione allí. “Un grupo bien heretogéneo, habían desde evangélicos hasta anarquistas, anarco punk, entonces era un lugar muy diverso el Ni Casco Ni Uniforme”2 Las primeras reuniones sucedían en conjunto con la actividad de la Asamblea Antimilitarista y también de la acción de organizaciones y colectivos anarquistas y anarco-punks, que en ese momento se agitaban en torno a las noticias sobre el movimiento okupa, especialmente en España. La visita de jóvenes anarco-punks catalanes, la visión de un documental largísimo sobre los sucesos de la okupa del cine Princesa de Barcelona, inquietaban las aguas libertarias de esas fechas.

Ni Casco Ni Uniforme

El grupo en formación, que se reunía en el local de Serpaj en calle Cienfuegos, del barrio Brasil, comenzó una discusión, que no tendrá resolución sino con el paso de los años, sobre los objetivos, tareas, estrategias y tácticas que se usarían. Un primer acuerdo fue adoptar la metodología asamblearia para el formato de las reuniones, con ello el proceso de discusión se enmarcaba, en principio, dentro de una lógica posible para los elementos libertarios, minoritarios en ese momento. Al mismo tiempo se discutió los asuntos que tenían cierta urgencia como la situación de quienes serían afectados por el tema del Servicio Militar en un relativo corto plazo.

Para ello se tomaron una serie de acuerdos que significaron desplazar el tema del antimilitarismo y asumirse como un grupo de objetores y objetoras de conciencia. También se desplazó el principio de acción directa como elemento central, en tanto significaba una fricción con el sector de los/as jóvenes provenientes de la iglesia de dios de Filadelfia. Ese desplazamiento significó acordar que la acción directa sería llevada a cabo por quienes así lo quisieran y que los/as no dispuestos a usarla, llegarían hasta donde quisieran.

También se logró acordar que si bien el grupo se definía de Objeción de Conciencia y centraría su acción inmediata sobre el tema del servicio militar, los objetivos del grupo incluirían la lucha contra la “cultura” militarista (la militarización social) y que, por ende, zanjado el problema del servicio militar y el derecho de objeción de conciencia, el trabajo del grupo se enfocaría en la desmilitarización de la sociedad. “Nuestro objetivo como Ni Casco Ni Uniforme, consiste en desarticular la operación de silencio y aceptación que hay sobre la relegitimación de las FFAA, la feminización y profesionalización de las FFAA, sobre la internacionalización de los compromisos militares de Chile, el mantenimiento de tropas en Haití, por ej. O tener representante en la Organización de Estados Americanos, OEA. Denunciar los maltratos, abusos, violaciones, vividos dentro de las regimientos, desenmascarando el machismo que inculcan, el clasismo y racismo que fomentan, ya que en tanto es solo un impuesto que pagan preferentemente los pobres y morenos de Chile, debido a una educación clasista y elitista”1.

Esta visión gradualista del quehacer del grupo se asumió como un compromiso de sobreviviencia en ese momento fundacional, y no como un contrato histórico. El tiempo, los hechos, las acciones, se sabía, cambiarían el escenario.

Otros acuerdos reforzarían el proceso identitario del grupo, tales como el nombre. Considerando muy claramente la participación de mujeres el colectivo se definió como “Grupo de Objeción de Conciencia” y no como grupo de objetores de conciencia. Al mismo tiempo, y bajo la discusión de lo que se consideraba esa “cultura” militarista a desarmar, el enfoque antimilitarista fue adquiriendo cuerpo en el colectivo. El principio táctico estratégico de la Acción Directa, fue abordado mediante la eliminación progresiva de otras formas de acción más enraizadas en la lógica oenegística, tales como el lobby y la judicialización de los conflictos.

El grupo, en sus primeras asambleas, decidió recurrir a una táctica que emulaba los relatos que la gente del MOC Paraguay realizó de su desempeño. Para ello recurrió a abogados/as del CODEPU, contactados por la Red de Objeción de Conciencia, ROC Chile, quienes desde su impronta marxista, asumieron la defensa jurídica de los jóvenes objetores de conciencia que en ese momento harían el comienzo de la gestión objetora e insumisa.

El nombre del grupo se decidió prontamente y siguiendo la fórmula asamblearia. Para el mes de julio de 1997 el Grupo de Objeción de Conciencia ya había encontrado el nombre de Ni Casco Ni Uniforme, o “Nicasco” para las amistades. Firmaría sus declaraciones, de ahí en adelante, como GOC (Grupo de Objeción de Conciencia) Ni Casco Ni Uniforme.

Al mismo tiempo, la adopción del asambleísmo por el Ni casco Ni Uniforme, significó recoger en su seno a aquellos que la inacción de la Asamblea Antimilitarista iba dejando de lado. Universitarios/as, punks y anarcoPunks, se acercarían al Ni Casco Ni Uniforme. También anarquistas provenientes de organizaciones como la sección chilena de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) y de colectivos como Fuerza Libertaria.

De hecho, la capacidad de convocatoria transversal del Ni Casco Ni Uniforme, desbordó el mundo libertario y enlazó plenamente con jóvenes secundarios que buscaban formas de organización social y política que respondieran a sus inquietudes libertarias. Para el mes de agosto, las asambleas (ya no “reuniones”) del Ni Casco Ni Uniforme convocaban decenas de jóvenes, hombres y mujeres, la inmensa mayoría estudiantes secundarios.

“los que son de Cura Hasbún, estaban ahí por ejemplo, los que eran también de ah… bueno…antes también estaban ahí, o sea teníamos, circulaba muchísima gente cachai, de distinta gente, ámbitos cachai, o sea el tema cultural, o sea los primeros… los primeros circuito mundial de infantes cachai, en el ámbito anarco punk o punk, y todos iban a parar ahí cachai, o la mayor parte, una buena parte, entonces cuando se discutía algo ahí, en ese espacio, no lo discutíamos solo en función del NCNU, eso lo sé ahora, cachai, ahora que los veo pasar, pero en ese momento no lo percibíamos así, era eso, ahí estábamos mucha gente, que no habían más espacios parece para los anarco punk o anarcos, más de los que teníamos nosotros en ese momento, entonces confluyeron muchas cosas, las discusiones que se daban ahí, dan para un montón de otras cosas. Teníamos anarcosindicalistas en el cuento cachai, me entendí de todo.”2

El viaje de algunas/os de quienes se presentarían como objetores/as de conciencia en la etapa siguiente del proceso anual de reclutamiento llevado a cabo por la Dirección General de Reclutamiento (DGMN) significó anticipar la primera aparición pública del Ni Casco Ni Uniforme para el 28 de agosto de ese año, 1997. Al mismo tiempo, se sucedían las iniciativas para participar de marchas, manifestaciones, crear e imprimir panfletos y volantes. También comienza los trabajos de lo que sería la primera publicación del Ni Casco Ni Uniforme: el fanzine Rompan Filas. El 28 de agosto de 1997 se presenta un grupo de 14 objetores de conciencia, a través de una conferencia de prensa en la que se anuncian los pasos a seguir en la consecución de sus fines inmediatos: el reconocimiento del derecho de objeción de conciencia y el fin del servicio militar obligatorio.

Previo a esa primera presentación de objetores de conciencia, en el seno del Ni Casco Ni Uniforme se había dado una discusión sobre algunas exigencias que la ROC Chile hacía en cuanto a la forma de llevar a cabo el procedimiento de presentación de objetores, y que ponía como necesario, que los documentos elaborados por los objetores de conciencia, donde se declaraban como tales, fuesen legalizados ante Notario. Ese peritaje judicial tenía un costo en dinero y además implicaba un acercamiento no deseado al ámbito judicial, antes de que el proceso siquiera iniciase. De hecho, el punto fue zanjado por la simple insumisión a la petición, y además por la argumentación política, de que pasar por una notaría implicaría dejar fuera de la posibilidad de objetar, a muchos y muchas que no tuvieran el dinero para realizar dicho trámite notarial. También se argumentó que ya se había consentido en usar abogados/as de derechos humanos para acompañar el proceso y, llegado el momento, se recurriría de protección ante los tribunales. En definitiva, ninguno de los primeros 14 objetores de conciencia presentados por el Ni Casco Ni Uniforme, acompañados por la ROC y por abogados/as del CODEPU, legalizó su declaración de Objeción de Conciencia ante Notario.

Ni Casco Ni Uniforme

La presentación de objeción de conciencia de esos catorce jóvenes tuvo alguna repercusión en la prensa de la época y fue una puesta en escena de una organización, que en la práctica se iría haciendo cada vez más insumisa, asamblearia y de acción directa.

La acción del Ni Casco Ni Uniforme no se limitaba en esos momentos a la presentación de objetores/as de conciencia al SMO, aunque fuese un elemento central en su quehacer. También, por ejemplo, pretendía insertar el discurso de la objeción de conciencia y del antimilitarismo en los sectores urbanos populares, por ejemplo para ello se realizó un Encuentro Cultural por el derecho de Objeción de Conciencia, en el Gimnasio Municipal de La Florida (aprovechando algunos contactos políticos familiares de algunas objetoras del grupo). El evento se realizó el viernes 6 de octubre de 1997 y las dimensiones del local y del trabajo realizado, pusieron a prueba la paciencia del colectivo para consigo mismo. Promesas de trabajo, apoyo y de obtención de bandas y grupos, sirvieron para crear desánimo y desazón en algunos/as, aunque la evaluación posterior al hecho no fue tan mala. También, miembros/as del Ni Casco Ni Uniforme, debido a su participación en la sección chilena de la AIT, viajan a México y desde allí traen la experiencia mexicana en el tema del Servicio Militar. Igualmente, y en un viaje que traería consecuencias de largo plazo, un objetor de conciencia, el “pelao” Daniel (anarco-punk) viaja en representación del Ni Casco Ni Uniforme y la ROC, al IV ELOC de Quito, Ecuador, en diciembre de 1997. Esa doble representación (NCNU y ROC) traería también dificultades de relación a superar en el futuro.

A fin de año, el Ni Casco Ni Uniforme, en coordinación con grupos libertarios, cerraría el año realizando una marcha por el fin del Servicio Militar Obligatorio. En ese momento empieza a irrumpir la idea de una campaña que impidiese que el servicio militar llegase a sus 100 años (había sido fundado el 5 de septiembre de 1900).

También en ese período se multiplican los contactos a nivel nacional y surge la iniciativa de realizar un encuentro nacional sobre objeción de conciencia. La idea, madurada en las asambleas del Ni Casco Ni Uniforme, es llevada a una de las reuniones quincenales de la ROC. Allí, en principio, es bien recibida y se comprometen las ong a financiar la iniciativa. Esta sería el primer gran conflicto entre el Ni Casco Ni Uniforme y la ROC Chile, especialmente con los representantes de Serpaj Chile, quienes llevaban la batuta, especialmente monetaria, de esa alianza de ong´s e iglesias cristianas. Los representantes de Serpaj, llevaron a la ROC y al Ni Casco Ni Uniforme, un compromiso de apoyo monetario a la iniciativa de un encuentro juvenil nacional de objeción de conciencia. Para ello exigían, como contrapartida, la dirección organizativa, metodológica, de contenidos e incluso de convocatoria del evento. De no aceptarse esas condiciones, el Ni Casco Ni Uniforme no tendría los fondos para realizar el encuentro.

El Ni Casco Ni Uniforme se negó enfáticamente a algo que consideraban un chantaje, sobre todo considerando que habían llevado la propuesta a la ROC con el ánimo de un trabajo en conjunto y solidario. La posición del Serpaj, calificada de autoritaria por el Ni Casco Ni Uniforme, provocó un quiebre entre las ong´s que la conformaban, y el Serpaj debió ceder, luego de muchas reuniones, y apoyar sin exigencias más que las de un buen uso del dinero y poder ser partes del encuentro o convocar a jóvenes de sus “bases” a dicho encuentro. El así llamado Primer Encuentro Nacional de Jóvenes fue programado para el 25 y 26 de julio de 1998.

En ese mismo período la convocatoria del Ni Casco Ni Uniforme, de acuerdo a la asistencia a asambleas había crecido enormemente, teniendo éstas la presencia, regular, de más de 50 personas en una sala estrecha. Una nueva generación de objetoras y objetores había llegado e iniciaba (o continuaba) su acción social y política. De los hombres, un grupo estaba formado por aquellos que tenían, además de sus inquietudes libertarias, el problema del servicio militar.

Además, desde el año anterior, se habían multiplicado los contactos con regiones, sumándose encuentro y visitas a Valparaíso, Viña del Mar, Linares, Talca, Concepción, y Temuco. En Temuco un importante apoyo en la difusión del tema antimilitarista, sería el fanzine El Irreverente. En Linares, por ejemplo, el contacto fue establecido por una objetora de conciencia, que más tarde se haría parte del Ni Casco Ni Uniforme.

Ni Casco Ni Uniforme - Chile

Uno de los debates del momento en el GOC NCNU fue sobre cómo enfrentar el tema del proceso que se abría de inscripción al servicio militar. La propuesta acordada el año anterior, de inscribirse al servicio militar para luego recurrir de protección a las cortes de apelaciones, fue impugnada por algunos/as de los/as objetores/as, aduciendo encontrar una mejor política en una estrategia de insumisión. Finalmente, se acordó proseguir con la iniciativa ya tomada de uso de abogados/as para problematizar el tema del servicio militar. En ese proceso de discusión, abierto, amplio, que sucedía en la asamblea y también fuera de ella, el grupo fue consolidándose como un lugar que, pese a las diferencias, permitía el diálogo,

Al mismo tiempo, en especial entre quienes eran estudiantes secundarios, la idea de construir organizaciones específicas secundarias de un corte asambleario, iba tomando cuerpo y formaba parte de los temas que se discutían en el Ni Casco Ni Uniforme y su entorno. De hecho esas iniciativas, en estudiantes del liceo de aplicación y del salesiano que formaban ya parte del NCNU, terminarían por poner fin a la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES) y daría inicio a la combativa ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios). Otras iniciativas políticas que formaban parte del quehacer del NCNU y su entorno, en la época era una activa participación en la agitación animalista, con contactos fluidos con el colectivo que editaba la publicación Mono con Navaja, también en el apoyo a la toma de Peñalolén, a las iniciativas okupas, que rendirían fruto ese año con la apertura de la primera okupa de Santiago, la Kasita, ubicada en calle Tarapacá de la cual todo el NCNU se hizo parte. También el movimiento anti macdonalds y en el apoyo a la lucha del preso político afroamericano, Mummia Abu-Jamal. Se participó, a través de las organizaciones y colectivos libertarios, de los eventos de la agenda clásica como la conmemoración del día de la mujer, 8 de marzo, conmemoración del día los/as trabajadores/as, 1 de mayo, 11 de septiembre, etc. Además, en asambleas del NCNU surgió la iniciativa de realizar acciones anticonsumistas para el día de mayor consumismo en Chile: la Pascua o Navidad (24-25 de diciembre). En esa ocasión, para 1997, se realizaron marchas y panfleteos en el centro. Igualmente se participó de una iniciativa de la ROC contra los juguetes bélicos.

Continuara…

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2 i.b.

1 Entrevista a Pelao Carvallo, integrante de NCNU, 3 de mayo 2007

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