El arte y su relación con los movimientos sociales
La substitución de los olvidos
por Roberto ArroyoChileno, actualmente radicado en California USA.
Artista, educador y activista por los derechos humanos
Los mercaderes del nuevo milenio ya poseen el control de la mayoría de los medios de comunicación en el mundo. No se necesitan mayores estadísticas para solventar esta opinión, basta con recorrer los cientos de canales de televisión y revisar los periódicos y revistas para darse cuenta de la uniformidad y la manipulación feroz de la información. La globalización de la intolerancia avanza con el desprecio como bandera. Hoy los acólitos de la uniformidad nos presentan la violencia y el abuso justificado, idolatrado, socializado . En el intertanto las cuentas bancarias de los traficantes de armas (con corbata y sin ella) engordan sus cuentas bancarias y deben ser -seguramente- las únicas empresas del "libre mercado" que se autofinancian y expanden su radio de acción en monopolio y explotación de los demás sin censura, sin contrapeso.
Mentir ahora es un deporte transnacional, las guerras para estos nuevos líderes de opinión forzada se llaman ahora "misiones humanitarias". Curiosamente estos terroristas del poder se autoproclaman como nuestros defensores de todo mal. La ecuación es aritmética: Poder absoluto + intereses económicos y militares = "misión humanitaria", o sea Guerra.
La fábrica de empobrecidos es negocio redondo. Primero nos intervienen, luego nos instalan sus empresas transnacionales para convertirnos en esclavos de sus conceptos acerca de como vivir y consumir y finalmente ellos mismos crean sus Fundaciones para donar en dosis medidas los frutos de los intereses bancarios de sus trofeos de Guerra para solventar una imagen de beneficencia con el mundo de las ONGS, del arte, del deporte, de la salud, la lucha por la paz, la derrota de la pobreza, etc. Otra mentira organizada y aceptada.
Pues bien, ¿tiene algo que hacer un artista en este manicomio?. Yo tengo la convicción de que sí. Insitado por mi conciencia y mi experiencia de haber sobrevivido una dictadura militar aliada con el poder de los ricos (civiles) en Chile y convencido de que mi patria es una expresión extraterritorial que me une a todos los que en diferentes partes del mundo están en el lado de los que han perdido la Guerra que nos han impuesto sin consulta previa, encuentro sumamente importante que los artistas nos sumemos en toda nuestra complejidad de artistas-personas sumando identidad y conciencia al movimiento felizmente heterogéneo y diverso de personas y organizaciones que están por revertir este proceso.
Negarnos a la posibilidad de luchar contra el poder absoluto, la guerra, el armamentismo, el clasismo, el racismo, el sexismo, la xenofobia,la uniformidad constituyen una negación del espíritu de nuestra acción como artista; la rebeldía, la creatividad ilimitada, la libertad, la diversidad. Negarnos a contribuir con nuestro pensamiento y acción es privar al movimiento por los derechos humanos de colores y propuestas que el movimiento necesita para avanzar. La urgencia nos impone tareas domésticas inmediatas como la lucha por sostener la memoria personal y colectiva. Para los mercaderes del nuevo milenio la memoria de los empobrecidos y explotados es subversiva. Tener entonces memoria en nuestros tiempos es peligroso para la salud de los asesinos. En lo particular yo he asumido desde hace varios años una tarea que me impone mi conciencia de producir cambios en mi vida y en mi arte que son ramas de un mismo árbol, cambios que ayuden a desarmar y a reestablecer dignidad para mi y para otros.
Días atras cuando mi amiga Roberta Bacic me solicitó que escribiera algo para El Fusil Roto me encontraba releyendo viejos poemas de diversos poetas latinoamericanos en preparación una muesra gráfica que haré en Alemania el mes de noviembre próximo, uno de ellos, de nuestro poeta Pablo Neruda tocó de nuevo mi conciencia por su fuerza de imagen y realidad y de éste extraje los siguientes versos: "debo sustituir tantos olvidos, llenar de pan las tinieblas, fundar otra vez la esperanza".
Hace unos años atrás manifesté en el encuentro de Porec de la WRI entre otras ideas y experiencias esta afirmación:
El oficio de artista como el de trabajador en derechos humanos cuestionan y ponen al desnudo las atrocidades del poder dominante porque su mirada siempre será desde la marginalidad, los paralelos aquí tienen que ver también con la forma en que uno se presenta frente al poder. Ambas perspectivas de trabajo exigen lucidez, agudeza, astucia en el mirar y en el actuar, "el que expone se expone " me decía un buen amigo dibujante (Germán Arestizábal). En las dos situaciones se nos juega la vida. Son entonces ambos oficios simultáneamente rebeldes, porque tener una posición ética en la vida conduce necesariamente a rebelarse contra toda injusticia, las viejas, las nuevas y las por venir," si a uno le dan palos de ciego, la única respuesta eficaz es dar palos de vidente " (Mario Benedetti).
Si, dar palos de vidente en sistemas societales donde los que manejan los intereses económicos y políticos y/o detentan el poder manipulan a las personas sin reacción alguna. Pues han pasado sus años y las tareas siguen vigentes.
ESO DICEN
por Mario Benedetti *
Eso dicen
que al cabo de diez años
todo ha cambiado
allá
*
dicen
que la avenida está sin árboles
y no soy quién para ponerlo en duda
*
¿acaso yo no estoy sin árboles
y sin memoria de esos árboles
y que según dicen
ya no están?
*
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