Construyendo Movimientos a Nivel Local – el caso de “Turning the Tide” en Kenia

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Laura Shipler Chico

Cuando, tras las últimas elecciones de 2007 en Kenia, estalló la violencia, los cuáqueros keniatas tuvieron una pronta respuesta en un primer momento con ayuda humanitaria, para luego ir de casa en casa escuchando las experiencias de la gente y sus preocupaciones. Con el tiempo empezaron a ayudar a la gente a procesar el trauma y volver a unir a sus comunidades. Pero según hacían esto, la gente les decía, “Nos decís que no seamos violentos. Pero si no hubiésemos sido violentos, vosotros no estaríais aquí.” Algunos de los que escucharon ese mensaje prometieron volver con una estrategia para hablar con fuerza y en voz alta en contra de la injusticia social, pero sin recurrir a métodos violentos.

Kenia estaba al borde de una guerra civil en 2007/2008 y se libró de ella gracias a un acuerdo de reparto de poder superficial que no garantizaba que se fuesen a abordar las causas estructurales de la violencia electoral. Las causas fundamentales son complejas, pero todas apuntan a un gobierno inadecuado e interesado, apoyado por la corrupción endémica y la impunidad. Hay tantas riquezas al alcance de los vencedores, que los aspirantes políticos están motivados por la codicia para hacer todo lo que esté en sus manos para ganar. Esto incluye la manipulación de la política étnica y hacer creer al electorado que si alguien de su grupo se hace con el poder, esas riquezas les beneficiarán a ellos. Por estos motivos en Kenia, la política no ha tenido demasiado que ver con la ideología como lo ha tenido con la pertenencia étnica, la lealtad, el soborno, la pobreza, la desigualdad y la intimidación.

Con el deseo de desafiar a este sistema que no funciona, llegó una invitación en 2009 a Quaker Peace & Social Witness (QPSW), una sección de los cuáqueros del Reino Unido, para colaborar con la organización keniata Change Agents for Peace International (CAPI). La idea era extraer información y adaptar el modelo de “Turning the Tide”, un enfoque holístico de QPSW a la noviolencia activa. La esperanza era trabajar para aumentar el impulso hacia un testimonio no violento de masas por unas elecciones pacíficas, transparentes, libres y justas. El objetivo de esta labor conjunta era transformar la energía rabiosa, activa y destructiva, tan fácilmente manipulada por las élites políticas, en una fuerza noviolenta para luchar por los derechos de la gente y defender una paz justa en Kenia. QPSW y CAPI creían que si la gente poseía estrategias noviolentas para desafiar las injusticias (es decir, la violencia estructural), sería menos probable que recurriesen a la violencia directa, y más probable que cambiasen las condiciones estructurales que dan lugar a esa violencia en primer lugar.

Han sido varias las estrategias fundamentales en los primeros años de este esfuerzo. Ante todo, el trabajo se ha construido sobre una verdadera colaboración que surge de la comprensión que tienen los cuáqueros de la igualdad. La idea de que nadie es mejor ni peor que los demás se amplía en este contexto a la relación entre una organización ajena (QPSW) y otra local (CAPI). Esto quiere decir que tenemos claro cómo es nuestra colaboración y que estamos consiguiendo algo que no podríamos lograr por separado. Somos mejor que la suma de las partes, y ambas aportamos conocimientos y recursos esenciales que son igualmente valorados.

En segundo lugar, aprendimos que necesitamos una formación flexible, receptiva y adaptada al contexto. A pesar de que empezamos con la metodología de “Turning the Tide”, tal y como se ha utilizado en Gran Bretaña y en el Sur de Asia, descubrimos de manera difícil que algunos ejemplos y metodologías no tenían sentido en Kenia, y que eran necesarios nuevos aspectos. La fuerza de “Turning the Tide” radica en su enorme abanico de posibilidades no se trata de un programa estándar y es esa característica básica la que finalmente ayudó a que el entrenamiento fuese adaptado, eficaz y local. Mientras que el entrenamiento es importante, el acompañamiento continuo es esencial para garantizar que el entrenamiento no se estanque.

Otro componente clave en nuestro enfoque es el cuidado de la propiedad comunitaria. En Kenia, y de hecho en muchas zonas de África, es una práctica común que las organizaciones internacionales paguen a la gente unos “subsidios de participación” generosos para acudir a talleres; tan común como que los políticos sobornen a la gente para que acuda a sus mítines políticos y comprar sus votos. Resueltos a evitar este sistema, nunca pagamos a gente para que participe en este movimiento, a pesar de la gran presión que recibimos para hacerlo. De esta manera, la gente que no esté verdaderamente comprometida abandonará, dejándonos al núcleo fuerte y determinado. En la actualidad son las propias comunidades las que recaudan fondos para campañas y para organizar talleres, y nunca tenemos problemas para llenar una sala.

Una razón para esto es que cada campaña se lleva a cabo de manera local. Esto significa que la gente que contratamos tienen que ser personas activas, movilizadoras y con influencia dentro de la comunidad. Nos hemos dado cuenta de que la gente a la que invitamos a trabajar con nosotros es tan importante como el contenido de la formación que proporcionamos. Los participantes tienen que ser personas que posean credibilidad dentro de sus comunidades y con tendencia a analizar las injusticias sociales que se esconden tras los comúnmente citados problemas sociales tales como el desempleo, el crimen y la falta de infraestructuras. Activistas en este campo necesitan ser capaces de acudir a donde se encuentra la energía y comenzar desde abajo. Este enfoque ayuda a la gente a pasar de los problemas más importantes (la corrupción, por ejemplo) a problemas más concretos en torno al cual se puede organizar una campaña. Este trabajo ha tenido un éxito sorprendente. En tan solo dos años, alumnos han expuesto con éxito la práctica de desembolso de becas corruptas en una universidad; conductores de motocicletas taxi acabaron con las estafas de las matriculaciones engañosas; miembros de la comunidad se han movilizado contra la construcción de una presa que desplazaría a 50.000 personas; agricultores locales se han movilizado con éxito contra un banco que cambió las condiciones de sus préstamos; y como éstos, hay muchos más ejemplos.

Basándonos en estos pequeños logros a nivel local, creemos que la noviolencia es contagiosa. Cada pequeño logro demuestra a la gente el poder de la noviolencia activa y es algo que se está propagando. Basándonos en la credibilidad conseguida a través de estas campañas locales, pudimos movilizar a más de 25.000 personas en una campaña masiva de vigilancia y de educación cívica como preparación para las elecciones en Kenia del 4 de marzo.

¿Podrá esto detener la violencia esta vez? Posiblemente, no del todo. Pero el objetivo de este movimiento es causar un cambio cultural y estructural a largo plazo. Y va en aumento. De momento está dando muestras esperanzadoras de servir a largo plazo.

Laura Shipler Chico es la encargada del programa para la construcción de la paz en África oriental, Quaker Peace & Social Witness.

Enlaces:
http://www.quaker.org.uk/kenya
http://www.turning-the-tide.org/

Traduccion: Nayua Abdelkefi Zorrilla

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