Un objetor de conciencia reflexiona sobre la recepción de tarjetas el día de los Prisioneros por la Paz
Durante años se viene celebrando el Día internacional de los Prisioneros por la Paz el día 1 de diciembre. El objetivo de este día es conmemorar y entablar conversación con los prisioneros por la paz a través de distintos medios de apoyo y solidaridad.
Este año conmemoramos especialmente a los objetores de Corea del Sur. En este país no existe alternativa al servicio militar ni el derecho a la objeción de conciencia. Por ello hay unos 700 prisioneros por la paz cumpliendo condena, simplemente por su opinión. La condena por la objeción en Corea del Sur es muy larga, 18 meses de prisión.
El día de los Prisioneros por la Paz es habitual enviar mensajes de apoyo a estos prisioneros desde todo el mundo. Las organizaciones antimilitaristas, las comunidades e individuos se encargan de organizar la entrega de estos mensajes.
Hoy, 10 de diciembre, también he recibido tarjetas y cartas del extranjero que mostraban solidaridad, preocupación y apoyo. Aunque vivir como un prisionero de paz no parece justo, es muy opresivo y arbitrario, tanto apoyo hace que sea más fácil de sobrellevar. Es un consuelo saber que mis propias acciones marcan una diferencia. El sufrimiento de cada objetor de conciencia tiene su valor en esta lucha por el desarme, la igualdad y la paz.
Es reconfortante recordar que los activistas por la paz somos un grupo grande y diverso. Por ejemplo, recibí un mensaje de un activista de Inglaterra de 73 años que me habló de su trabajo a favor de la paz. También recibí un mensaje de un sueco algo más joven que fue condenado por desobediencia civil en 1996.
Estoy encantado y emocionado por recibir tantos mensajes personales de apoyo. Muchas gracias a Lotta en Göteborg, Reinhold en München, Hazel en Wiltshire, anónimo en Wincanton, Gerstner en Liverpool, Susan en Colchester y Miro, Roope, Onerva, Ruka, Tiksu y Esa dondequiera que estéis, así como a todos aquellos cuyos nombres no pude leer bien.
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