Acción directa contra la militarización de la juventud

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Basado en un artículo de Cecil Arndt

En cada país la guerra y la militarización conllevan muy diferentes significados y tienen diversos efectos, dependiendo no sólo de la presencia o ausencia de actos directos de guerra sino también de las circunstancias sociales, políticas y económicas del país, así como de su historia y tradiciones. Dado que estos factores definen no sólo los tipos, niveles y efectos de la militarización sino también las formas en que se puede resistir eficazmente, el alcance de este artículo es inevitablemente limitado. Sólo proporciona una perspectiva occidental, europea y sobretodo alemana sobre el uso de la acción directa para oponerse a la militarización de la juventud, aunque explora posibilidades en otros países.

La militarización, en cualquier aspecto que tome, debe entenderse siempre como dirigida a la gente joven. La militarización de la juventud se basa no sólo en la recluta directa en las fuerzas armadas, sino también en la creciente intrusión del ejército en las vidas y las mentes de las personas de cualquier edad. Esta intrusión influye en las rutinas individuales cotidianas, preferencias, elecciones, así como en la percepción general. Lo común es la normalización de la guerra y el ejército.

Para aquellos que viven en lugares donde la realidad de la guerra parece lejana, la presencia del ejército en la vida cotidiana a veces pasa desapercibida. Puede tomar la forma de cooperación con instituciones civiles como el Ministerio de Educación o Desarrollo, proveedores sanitarios, subcontratas de logística con socios privados, o el reclutamiento directo de jóvenes en escuelas, centros de trabajo o cualquier otro sitio.

En occidente, desde donde las guerras se exportan a sitios normalmente vistos como "menos desarrollados", la capacidad de desarrollar la guerra depende mucho del apoyo popular al ejército y por tanto de la admisión de la guerra como algo normal. Las estrategias empleadas para normalizar la guerra y los ejércitos, sugiriendo una imagen alejada de su realidad violenta y destructiva (al menos en los países en que la gente no está directamente afectada por la guerra), varían de un país a otro y por tanto también la resistencia hacia ellas.

Acción directa

Cualquier acción directa contra la guerra y la militarización debe ser vista como una acción directa contra la militarización de la juventud, ya que está inequívocamente dirigida a desenmascarar la supuesta normalidad de la guerra y su preparación, ofreciendo así una visión alternativa de un mundo sin guerras ni ejércitos, subrayando además la posibilidad como individuos de elegir oponerse a ellas. La acción directa antimilitarista lleva esto a cabo desafiando las convenciones generales sobre la autoridad y socavando las expectativas predominantes dirigidas por el gobierno sobre un comportamiento socialmente aceptado. Visto de esta manera, la acción directa contra la militarización de la juventud permite reclamar el término "intervención humanitaria" basada en la "responsabilidad individual de protejer" de la guerra y la militarización (y actuar en su contra).

Hay una gran variedad de tradiciones de activismo y conocimiento desde al menos los inicios de la Primera Guerra Mundial – desde huelgas laborales hasta acciones directas de desarme – y hay una riqueza creativa entre los activistas contemporáneos a la hora de confrontar nuevas formas de militarización. Las formas tradicionales de acción directa antimilitar, con referencias entre paréntesis, incluyen: bloqueo de bases militares (submarinos nucleares en Faslane, Escociai) y transportes militares (Husum, Alemaniaii); sabotaje de aviones militares (Shannon, Irlandaiii), barcos militares (Loch Goil, Escociaiv) y vehículos militares (Hannover, Alemaniav); lugares de preparación de la guerra y el militarismo como campos de tiro (Luleå, Sueciavi), centros de ciudades (Londres, RUvii) o universidades (Potsdam, Alemaniaviii), y la entrada sin permiso a instalaciones militares (Sede central de la OTAN en Bruselas, Bélgicaix y Letzlingen, Alemaniax).

Otras acciones más recientes incluyen: desfiles irónicos contra las fuerzas armadas, "lavado-rosa" (promocionando su supuesta apertura a las personas LGBT, como en Suecia e Israel), "simulacros de muerte" en festivales con bandas militares o exhibiciones al público (por ejemplo en Alemania y Suecia), y la distribución de literatura denunciando la creciente normalización de la influencia del ejército en la vida de la gente (como en España). Junto a la creciente militarización de los países occidentales exportadores de guerras, existe una proliferación de lugares, actividades e instituciones que ayudan a los activistas a oponerse a la normalización de la guerra y la militarización. Por ejemplo, el creciente número de actividades de reclutamiento celebradas por las fuerzas armadas en centros educativos y de trabajo supone una oportunidad de interrumpirlos (mediante alguno de los medios citados antes), o socavar la desequilibrada imagen del ejército presentando el lado negativo de la guerra, mediante el reparto de folletos, sangre falsa o instrucciones de cómo fabricar un féretro a los jóvenes allí presentes, o interrumpiendo los discursos de los oficiales del ejército con preguntas comprometedorasxi.

Variantes internacionales

Mientras que en el Reino Unido siempre ha habido orgullosos desfiles militares, la aparición de las fuerzas armadas alemanas en actos públicos es una evolución reciente, dada la historia de Alemania. Por un lado en EEUU enrolarse en el ejército se ha visto siempre como un buen impulso al futuro de una persona joven – incluso como forma de obtener la ciudadanía – y en Suecia el énfasis se pone en la aventura y el deporte, tal como se ve en los textos que envían sobre actividades deportivas de instrucción militar. Sin embargo, el proceso de militarización siempre recurre a la construcción de identidades nacionales, por lo que las acciones antimilitaristas deberían tratar de resaltar asuntos como nacionalismo, racismo y construcción de "el otro".

Compartir nuestra experiencia y conocimiento en el desarrollo de acciones directas con activistas de otros países y de edades diversas no resulta sólo una fuente de inspiración, sino que puede animarnos a seguir otros caminos en lugar de aferrarnos conservadoramente a lo que solemos hacer, algo que puede entorpecer nuestros resultados. Sin embargo, las variantes internacionales deben tenerse en cuenta. Mientras que en Alemania es relativamente sencillo acercarse a un miembro del ejército en un lugar público, esto mismo puede ser muy peligroso en otros países. En Bélgica algunos activistas que entraron en la sede central de la OTAN e hicieron "bombspotting" (intento de inspección civil de armas nucleares) en otras bases militares, nunca han sido procesados en un juzgado (debido al miedo de los oficiales a la atención que un juicio público traería sobre estos asuntos ya de por sí controvertidos). En cambio, en otros lugares los activistas tienen que asumir una alta probabilidad de ser arrestados y juzgados. En el Reino Unido activistas que han saboteado equipamiento militar y barcos de guerra han sido declarados no culpables por jurados que valoraron más los efectos de salvar vidas de la acción antimilitarista que cualquier daño material que se hubiera producido. En Alemania los antimilitaristas se enfrentarían a varios años de prisión si fueran declarados culpables de lo mismos hechos. Además, cada activista tiene circunstancias personales diferentes: estatus legal, situación económica, salud, habilidades, que pueden determinar qué puede hacer cada uno.

Las campañas internacionales son una manera de caer en la cuenta de esas diferencias y al mismo tiempo conectar a los activistas. No sólo brindan la oportunidad de apoyarse mutuamente sino que pueden describir diferentes aspectos y desarrollos de la guerra y la militarización y sus efectos en la gente. Un ejemplo de exitoso trabajo conjunto a nivel internacional es la campaña europea La Guerra Empieza Aquí (War Starts Here)xii. War Starts Here atrae la atención de la gente, interrumpe y bloquea lugares, instituciones, organizaciones y eventos en países exportadores de guerra que – de diversas y a veces imperceptibles maneras – están implicados en campañas de guerra, incluyendo escuelas y universidades donde el ejército está presente en la enseñanza y el desarrollo de armamento, uso militar de infraestructuras públicas como vías de tren e instalaciones de comunicación electrónica y participación militar en festivales y eventos deportivos.

Al mostrar la presencia e influencia de lo militar en las sociedades de los países exportadores de guerra y pedir que se señalen, interrumpan y bloqueen, War Starts Here prepara el camino de acciones conjuntas superando fronteras y tradiciones políticas. Ofrece una estructura que permite la participación y el compromiso con otros activistas que puede adaptarse a las necesidades y preferencias individuales y de grupo.

Conclusión

Compartir experiencias es una condición básica para ampliar los horizontes y ámbitos de la acción directa contra la militarización. Nos permite desarrollar nuevas perspectivas y posibilidades, y proporciona una solidaridad que transciende fronteras y políticas. Esto requiere esfuerzo. La transferencia de conocimientos y habilidades de una generación a la siguiente y entre activistas con historiales muy diferentes tiene que mejorarse. Esto puede hacerse manteniendo pequeñas reuniones o grandes talleres o encuentros.

Los variados tipos de acción directa contra la militarización tienen múltiples efectos: reducen el reclutamiento en las fuerzas armadas mientras que a la vez ofrecen una visión alternativa de un mundo desmilitarizado. Cualquier acción directa contra la militarización mostrará necesariamente la posibilidad de decir "¡No!" a la guerra y al militarismo y a las actuales relaciones de poder que las producen.

  1. iLa Base Naval Faslane cercana a Glasgow, además de ser sede de un campamento de paz de larga duración, ha sido objeto reiteradamente de los activistas: encadenándose a sus puertas, subiéndose a sus vallas, entrando en la base en canoa e interrumpiendo el transporte por carretera de las cabezas nucleares.

  1. iiEn febrero de 2008 varios activistas bloquearon el transporte ferroviario de equipamiento de la Fuerza de Respuesta de la OTAN encadenándose a los raíles.

  1. iiiEn 2003, varios activistas entraron en el aeropuerto de Shannon y desarmaron un avión de guerra estadounidense con un mazo, vertieron sangre humana en la pista y pintaron el hangar donde el avión estaba aparcado.

ivEn 1999, varios activistas entraron en el Maytime en Lock Goil y destruyeron equipos echándolos a las aguas del Lock Goil y vertiendo una mezcla de sirope y arena sobre su maquinaria.

vEn 2012, varios activistas desarmaron 13 vehículos militares prendiéndoles fuego.

  1. viEn 2011, 200 activistas internacionales señalaron el NEAT (Campo de Pruebas Aeroespacial Europeo Norte) accediendo a la base, pintando pistas y edificios y marcaron la carretera que lleva hasta allí con flechas rosas y el eslogan “La guerra comienza aquí, ¡parémosla aquí!”. El espacio aéreo fue señalizado con una suelta de globos rosas tras un simulacro de muerte en el exterior.

  1. viiEn 2003, durante la visita a Londres del Presidente George W. Bush, las fuentes de Trafalgar Square fueron teñidas con pintura roja para hacerlas parecer estanques de sangre.

  1. viiiEn 2001, varios activistas señalizaron el edificio de la universidad con el eslogan “La guerra comienza aquí” para denunciar la implicación de la universidad con la guerra y la militarización en su papel como centro de ideas para estudios militares y de seguridad.

  1. ixEn 2012, 800 activistas internacionales participaron en el día de acción OTAN Game Over cerca de Bruselas. 500 activistas intentaron acceder al complejo de la OTAN, veinte de ellos lo consiguieron.

xEn 2012, unos 150 activistas del campamento War Starts Here entraron al GÜZ – el mayor campo de entrenamiento militar de Alemania.

xiLa gran variedad de estrategias para combatir el reclutamiento directo de personas jóvenes (por ejemplo en centros escolares, centros de trabajo, universidades y oficinas de reclutamiento) no se tratan en este artículo, ya que aparecen en otros lugares de este libro.

  1. xiiLa llamada de la Red Europea Antimilitarista (EAN) y varias actividades están documentadas en www.wri-irg.org/campaigns/warstartshere. Hasta el momento la campaña ha sido bastante exitosa en Alemania, donde desde su comienzo en 2011 varios activistas procedentes de un espectro político muy amplio han realizado un gran número de diferentes acciones, desde bloqueos de centros de producción de armamento o visitas a escuelas de oficiales de reclutamiento, hasta señalizar empresas y consorcios públicos implicados en la cooperación con el ejército e interrupciones a equipamiento militar. Hasta el momento se han realizado dos campamentos “War Starts Here” en Suecia (2011) y Alemania (2012). Otros campamentos internacionales tendrán lugar en 2013: en Alemania del 21 al 29 de julio cerca de Letzlingen y en el Reino Unido del 26 de agosto al 7 de septiembre en Burghfield.

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