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Ruben Dario Pardo Santamaria

Fundada en 1997, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó nació en condiciones adversas para la resistencia noviolenta. La comunidad se encuentra en la región de Uraba, Colombia, donde actuan poderosos intereses económicos y donde existe un conflicto armado entre la guerrilla (FARC), las fuerzas del estado, y los paramilitares (normalmente en colaboración con el estado) Es una región donde el terror político, los asesinatos, y la intimidación se han usado para eliminar a los líderes y activistas. La Comunidad de Paz está formada por gente desplazada cuyos padres y abuelos fueron también víctimas de la violencia. A lo largo de su existencia la comunidad de la paz ha tenido que hacer frente a campañas que querían desacreditarla desde los más altos niveles del gobierno y de los medios de comunicación, especialmente durante el mandato de Álvaro Uribe. La Comunidad de Paz tiene más de 1,000 miembros, a pesar de que 150 han sido asesinados por las fuerzas de seguridad del estado, paramilitares o las FARC.

Hacia una estrategia de resistencia civil

Lo que empezó como una necesidad urgente de alternativas prácticas para gente desplazada se ha convertido en un proyecto que ofrece una alternativa al modelo actual de sociedad. Esto tiene tres dimensiones:

  • Resistir a la guerra y al desplazamiento forzoso, estableciendo un mecanismo para proteger a los civiles en un contexto de fuerte conflicto armado.
  • Estable una base sostenible para la cohesión de la comunidad, incluyendo el desarrollo de alternativas económicas holísticas y ecológicas.
  • Construir la paz, a nivel personal cotidiano de relaciones noviolentas cada día, y a niveles políticos condenando el uso de la violencia y apoyando una solución política negociada al conflicto armado, y a través de campañas de difusión de la idea de zonas de paz y ofreciendo orientación a otras comunidades locales.

Estrategia económica

Una zona de guerra no tiene un abastecimiento normal de los bienes esenciales. Por lo tanto, la comunidad necesita producir su propia comida; coopera con los grupos de “comercio justo” para comerciar con coca y plátanos. La comunidad de paz cuenta con 330 hectáreas de terrenos comunitarios para desarrollar el trabajo productivo.

Estrategia Política

La emergencia de la Comunidad de Paz ha sido un desafío radical para los que buscan dominar el territorio, sobre todo los actores armados del estado, los paramilitares y las guerrillas. Para sobrevivir, la comunidad necesita construir relaciones que por una parte reduzcan la presión sobre la comunidad y por otra refuercen su resistencia a través de las relaciones a nivel local, nacional e internacional.

Cohesión comunitaria

La declaración fundacional de la Comunidad de Paz expone los principios de desmilitarización y neutralidad que representan el común denominador de la comunidad. El acto de firmar esta declaración es una fuerza unificadora para el colectivo. La formación ha sido vital para la comunidad. Primero, en preparación para el establecimiento de la comunidad hubo talleres con gente desplazada y posibles miembros. Ahora el comité de formación se concentra en reforzar internamente el entendimiento y el compromiso con los principios de la comunidad, analizando su situación y, evaluando todo el proceso de la resistencia civil. Enseña habilidades en resolución de conflictos dentro de la misma comunidad y se pone como objetivo el reforzamiento de la decisión de los miembros de la comunidad de no unirse a ningún grupo armado. El comité de formación trabaja no únicamente con familias, coordinadores y grupos de trabajo de la comunidad, sino también con otras familias de la región.

Protección

La comunidad participa en actividades para reducir el riesgo de violaciones de derechos humanos y para fortalecer el propio proceso de resistencia civil. Esto supone:

documentar y denunciar públicamente las violaciones cometidas por todos los actores armados. identificar los espacios de la comunidad levantando carteles que declaren sus principios; difundir información a través de pequeñas publicaciones, vídeos, reuniones nacionales e internacionales en su territorio, viajes nacionales e internacionales y en su propia página web. hacer peticiones al gobierno nacional y cada vez más a las agencias internacionales, que algunas veces han producido veredictos favorables, tales como restricciones en la ayuda militar de Estados Unidos y el juicio a soldados acusados de matar a líderes de la comunidad en febrero del 2005. acompañamiento protector: Las Brigadas Internacionales de Paz acompañan regularmente al transporte “a” y “desde” la comunidad, mientras que otros grupos internacionales incluyendo Fellowship of Reconciliation de Estados Unidos, apoya por medio de acompañamientos para la protección de la comunidad.

Propuesta para nuevas zonas neutrales

A diferencia de las “zonas seguras” creadas por acuerdo entre fuerzas armadas, en la Comunidad de Paz la población civil ha decidido crear un espacio físico y de protección social para los que no están involucrados en la guerra. Las comunidades de paz no son meros espacios de supervivencia en medio de las balas, sino lugares que pretenden construir la paz con justicia social, un modo de vida basado en la dignidad, la autonomía y la solidaridad.

Habilidad para resistir la represión

La Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha sido una de las más duramente golpeadas por la violencia política en Colombia. La represión política tiene como objetivo romper los principios y creencias de los que optan por la paz, extendiendo la desconfianza e intimidación y cercenando las acciones individuales y colectivas. A través de acciones selectivas y violencia directa, esta represión propaga la intimidación y la desconfianza entre la población, cortando las capacidades de la gente para reaccionar.

La perseverancia en la resistencia de la comunidad, a pesar de la violencia, se puede explicar en parte por la ausencia de mejores alternativas para la gente que ha sido desplazada a la fuerza. Sin embargo, también depende de factores más positivos: una fuerte conciencia social, en la que la gente actúa como sujetos no subordinados a órdenes políticas; la percepción de que, a pesar de los actores armados el proceso de resistencia tiene posibilidades de éxito; la confianza en que la noviolencia ofrece mejores oportunidades de supervivencia; y un compromiso inquebrantable de no abandonar la lucha por la que tantos mártires han dado ya sus vidas.

Diferentes tipos de resistencia

La Comunidad de Paz resiste a muchos niveles:

  • resiste la malaria, la pobreza, y la falta de servicios básicos en esas áreas de Colombia;
  • resiste el terror de los grupos armados legales e ilegales;
  • resiste la tentación de revancha en un territorio donde sería extremadamente fácil unirse a un grupo armado y buscar venganza contra el enemigo;
  • resiste la imposición de un modelo de sociedad exclusivo y autoritario, proponiendo un proyecto de vida basado en una visión integral de dignidad y desarrollo.

Conclusión

Los siguientes son los factores más importantes que han permitido a los campesinos y granjeros de San José de Apartadó mantener la resistencia noviolenta durante los últimosdiez años:

  • la estructura organizativa democrática y flexible de la comunidad, que fortalece el sentido de pertenencia y la cohesión de la comunidad;
  • mejoras en las vidas de mujeres y niños en comparación con tiempos anteriores;
  • fuerte disciplina interna, respecto a las normas de conducta convenidas y lealtad a los principios fundamentales de neutralidad y noviolencia;
  • implementación interna de medidas de protección;
  • apertura de espacios de consulta con miembros del gobierno;
  • implementación de estrategias económicas para cubrir las necesidades básicas de la comunidad;
  • un proceso progresivo de integrar y coordinar acciones con otras experiencias locales de resistencia civil en diferentes regiones de Colombia;
  • entrenamiento de nuevos líderes;
  • el ejemplo de los mártires motivando la resistencia;
  • la protección ofrecida por el acompañamiento internacional;
  • el acompañamiento de entidades de la iglesia católica;
  • la gradual consolidación de una red de apoyo internacional en muchos países;
  • la fuerza moral de la comunidad y su resistencia de cara a la violencia infligida por los grupos armados.

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